Los vídeos que circulan en redes sociales desde el Parque Nacional de Yellowstone han generado inquietud entre visitantes y usuarios. En ellos se observa a bisontes, alces, osos e incluso pumas desplazándose de forma apresurada hacia el sur, un comportamiento que muchos han interpretado como señal de un posible riesgo volcánico.

Las imágenes, compartidas miles de veces, han alimentado teorías apocalípticas vinculadas al supervolcán que yace bajo Yellowstone. Sin embargo, los especialistas insisten en que no hay indicios de peligro. Según el Servicio de Parques Nacionales (NPS), estos desplazamientos son habituales en verano, cuando los animales buscan zonas de menor altitud con temperaturas más suaves y mayor disponibilidad de alimento.

Migraciones estacionales y presión turística

El fenómeno no está ligado a ninguna actividad sísmica inusual, sino a los patrones de migración estacionales. A ello se suma el incremento de la actividad turística en esta época, que puede empujar a la fauna a evitar las áreas más concurridas. «El movimiento de estos animales no tiene relación con ninguna actividad sísmica o volcánica inusual», aclaró un portavoz del parque.

De hecho, Yellowstone cuenta con un robusto sistema de seguimiento y rastreo de fauna. Gracias a dispositivos de monitoreo, los guardabosques pueden detectar variaciones en el comportamiento animal y correlacionarlas con posibles alteraciones geológicas. Hasta el momento, las autoridades descartan cualquier anomalía.

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El caso de los pumas grabados en vídeo

Una de las grabaciones más virales muestra a un pequeño grupo de pumas alejándose del parque. Yellowstone alberga entre 34 y 42 ejemplares, según el Proyecto Puma para Siempre. Los expertos insisten en que la escena no refleja un comportamiento excepcional, sino una reacción esperada ante factores climáticos y humanos propios de la temporada.

En este contexto, los responsables del parque subrayan que, de existir cualquier señal real de riesgo volcánico o sísmico, se activarían protocolos de emergencia y se emitirían alertas oficiales. Por ahora, los movimientos de bisontes, alces y pumas no son más que parte de la dinámica natural del ecosistema en pleno verano.

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