En el corazón de la provincia de Zamora, un testimonio filmado en 1973 ha resurgido con fuerza gracias a las redes sociales. Lo que entonces parecía una simple reflexión campesina se ha revelado como una profecía sobre el futuro del medio rural. Medio siglo después, las palabras de aquel agricultor suenan más certeras que nunca.
Las imágenes, recuperadas de un documental de TVE perteneciente a la serie Los Ríos, muestran sin artificios la vida en Villaseco del Pan, una localidad que en aquellos años comenzaba a notar los primeros signos del abandono. En uno de los fragmentos un agricultor —según ha podido saber Jara y Sedal, se trata de Francisco Pino Rodríguez— responde con crudeza a la pregunta de cómo mejorar su situación: «Pues marcharse uno del pueblo». Su respuesta, lanzada con resignación, se ha convertido en símbolo de una realidad que hoy ya nadie discute.
Las imágenes, que fueron compartidas hace años por José Antonio Lozano en YouTube y recientemente rescatadas en TikTok por la cuenta @gran_adablue y grabadas hace más de cincuenta años, retratan la dureza de una vida de campo marcada por la escasez. Francisco, con la hoz en la mano, explica que solo dispone de «dos hectáreas» para cultivar cebada, trigo y algarrobas con las que alimentar a sus animales. Sin dramatismos, describe una existencia que se sostenía sobre el esfuerzo y la esperanza, pero sin futuro claro.
La vida en el campo, sin adornos
Otro momento especialmente sobrecogedor es el testimonio de una mujer del pueblo. Cuando le preguntan si viven bien, responde: «Mal, mal. Vivimos mal». Y añade, con una sinceridad que hoy estremece: «La tierra es poca y mala. Porque esta tierra no es nuestra. La algarroba sí, pero la tierra no». Una frase que condensa la sensación de impotencia y desarraigo que afectó a miles de familias campesinas durante el siglo pasado.
Estas imágenes, grabadas sin intención propagandística, capturan una España que todavía luchaba por salir del aislamiento. Lejos de la idealización bucólica, el documental muestra el rostro más real de la vida rural: jornadas interminables, pobreza estructural y la certeza de que el futuro estaba lejos, probablemente en la ciudad.
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El tiempo le dio la razón
Medio siglo después, los datos confirman la exactitud de aquella predicción. Según el Instituto Nacional de Estadística, Villaseco del Pan ha pasado de 681 habitantes en 1970 a solo 207 en 2024. Un descenso constante que refleja un proceso de despoblación que no ha dejado de avanzar en buena parte de la España interior.

Las tierras arrendadas, la falta de rentabilidad y el envejecimiento de la población consolidaron el éxodo que Francisco intuyó con su respuesta sencilla. Hoy, sus palabras resuenan no como una queja, sino como una advertencia que la historia ha terminado por confirmar.
El vídeo, lejos de ser una curiosidad histórica, se ha convertido en un espejo incómodo. Nos recuerda que la pérdida del mundo rural no fue inevitable, sino consecuencia de decisiones políticas y económicas que dejaron atrás a quienes sostenían con su trabajo la tierra.









