El Ayuntamiento de Zamora ha puesto cifras al mantenimiento sanitario de los gatos comunitarios del municipio con la licitación de un contrato de asistencia veterinaria valorado en 60.300 euros para los próximos dos años. Un servicio que cubrirá desde la atención básica hasta las intervenciones más complejas, incluyendo la aplicación del método CER —captura, esterilización y retorno— en las colonias felinas.

La adjudicataria deberá asumir la atención clínica ordinaria y de urgencia, la identificación de los animales cuando sea necesario y la elaboración de informes a requerimiento del consistorio. El contrato recoge también la colaboración en reubicaciones temporales de felinos cuando se produzcan situaciones extraordinarias y sea imprescindible recurrir a anestésicos o tranquilizantes para su captura y traslado.

En los pliegos se detalla una tabla de precios máximos para cada intervención. Estos importes servirán de referencia durante la ejecución del contrato y permitirán calcular con precisión el coste total del servicio en función de las necesidades que se presenten en cada colonia.

Tarifas establecidas en el contrato

Los precios fijados muestran la diversidad de actuaciones que pueden requerirse en la gestión sanitaria de las colonias. La colocación del microchip se establece en 35 euros y la vacunación antirrábica en 15. Las desparasitaciones oscilan entre los 5 euros para la interna de gatos y los 10 para la externa. En el caso de las urgencias, la atención entre las ocho de la tarde y medianoche se fija en 80 euros, mientras que las realizadas de madrugada ascienden a 100.

Algo más complejas son las intervenciones quirúrgicas, cuyo precio varía según su dificultad. La cura de heridas sencillas está tasada en 10 euros y la de heridas complejas en 30. Una biopsia se eleva hasta los 160 euros. Las operaciones más costosas incluyen la reparación de una fractura mandibular, valorada en 450 euros, o la cirugía de hernia perineal, que alcanza los 300. El contrato contempla además pruebas diagnósticas como ecografías (40 euros), radiografías (30) o análisis completos (80).

gatos callejeros
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Un plan municipal para el control poblacional

El Ayuntamiento subraya que la gestión del bienestar de los gatos comunitarios requiere una coordinación constante entre los servicios municipales, el personal veterinario y los alimentadores autorizados. La aplicación del método CER, ya implantado en numerosos municipios españoles, se pone en marcha con el fin de controlar el crecimiento poblacional.

El pliego recoge igualmente la necesidad de actuar con rapidez en casos de urgencia, así como de intervenir cuando se detecten animales enfermos o heridos. El consistorio señala que este contrato busca garantizar una asistencia homogénea en todas las colonias y asegurar que cualquier actuación veterinaria cuente con respaldo económico y procedimientos claros.

Advertencias científicas ignoradas

La discusión sobre la correcta gestión de las colonias felinas no es nueva dentro del ámbito científico, que desde hace años insiste en los riesgos de mantener poblaciones de gatos en entornos urbanos y periurbanos. El biólogo salmantino Max Benito ha explicado en repetidas ocasiones el efecto directo de estos animales sobre la fauna autóctona, especialmente sobre aves y pequeños mamíferos que ya se encuentran en una situación delicada. Su postura no es aislada: más de 900 investigadores, entre ellos especialistas de la Estación Biológica de Doñana, firmaron una carta abierta en la que advertían del impacto del entonces Anteproyecto de Ley de Bienestar Animal.

Los datos procedentes del Ministerio para la Transición Ecológica refuerzan esas preocupaciones. El departamento identifica a los gatos asilvestrados como una de las principales causas de mortalidad para especies amenazadas como la cerceta pardilla o la focha moruna, un problema que se agrava en zonas húmedas y espacios protegidos. Pese a ello, la respuesta política ha tendido a una visión más emocional que técnica, en ocasiones ajena a los estudios disponibles. Una parte de este debate vuelve ahora a escena en Zamora, donde el nuevo contrato veterinario reabre la discusión sobre cómo compatibilizar la gestión de las colonias felinas con la conservación de la fauna local.

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