Álex N. Lachhein | Naturalista y divulgador medio-ambiental -27/6/2017-
Según la RAE, un imbécil es un tonto, falto de inteligencia o que padece de imbecilidad; esto es, un retrasado mental moderado. Es por tanto una definición superior a la de bobo, y también a la de bobo esférico, que es aquel que lo es por todos los lados, se mire por donde se mire.
En un día aciago como el pasado domingo 25 de Junio de 2017, en el que Doñana se desangraba bajo las llamas, y en el que miles de personas se encontraban luchando y jugándose la vida en retenes, aviones o a pie de frente para contener el devastador incendio que ha asolado Mazagón, Moguer, Almonte, Matalascañas y el propio corazón del Parque Nacional más importante de Europa, resulta que voy y me encuentro, oh casualidad, con dos noticias difundidas por PACMA que me dejaron perplejo y ojiplático.
El paciente lector, asiduo quizá de mis textos, seguramente pensará: ya está otra vez este pesado (pedante o perogrullo sé que me llaman algunos/as), con el mismo y reiterativo tema de los vegano/animalistas y su pestilente partido político. Y ciertamente, tengo que reconocerlo: en los últimos días el número de veces que he hecho de Silvia Barquero y sus balas perdidas los protagonistas de mis intervenciones, han sido muchas más de las que yo, por pura higiene mental, hubiera deseado que fueran. Pero es que a PACMA le pasa un poco lo que Churchill decía que le pasaba a los Balcanes: producen más historia de la que pueden digerir. Y si resulta que estos fanáticos se ponen (por voluntad propia) de actualidad, yo, sinceramente y muy a mi pesar, no tengo más remedio que hacerme eco de ella, mal que me pese y me den ganas de vomitar.
Bien, pues resulta que el tema es el siguiente: en vez de estar en Huelva, luchando contra el fuego inmisericorde, Silvia y sus huestes, cómodamente sentados todos en sus sillones y delante de sus ordenadores, se han hecho eco de dos noticias. Dos noticias, que revelan el nivel intelectual y los verdaderos intereses de ese nido de víboras llamado Partido Animalista PACMA.
La primera, fechada el jueves pasado, es que no tiene desperdicio: «El consumo de carne, responsable principal de las altas temperaturas que estamos sufriendo en el planeta».
¿Qué puedo decir sobre el nivel de preparación y capacidades de Silvia y sus chicos ante un titular así? Supongo que nada. Tan sólo recordarles (aunque mis palabras caigan en saco roto), que un coche, produce mil veces más gases de efecto invernadero que una vaca, y que el GEI de mayor porcentaje en nuestra atmósfera es el vapor de agua (más de un 90%), y no el metano o el CO2, digan lo que digan los burdos y manipulados informes del IPCC. Y ese, lo producen los mares y océanos, y no las reses de ganadería.
La intencionalidad de la noticia, como siempre, pues adoctrinar cada día un poquito más a la ciudadanía para que se convierta a la peligrosa dieta vegana, y que el día de mañana, ni queso manchego, jamón de Pata Negra, langostinos de Huelva o lechazo al horno navideño podamos echarnos a la boca.
La segunda noticia destila mala baba a raudales: resulta que supuestamente ayer una protectora de Almería va y encuentra una perra de raza podenco (esto es, de caza), amordazada, atada de pies y manos, y abandonada en un descampado bajo una manta y un sol de justicia. Pupekas, que es como se llama la protectora, graba en vivo un supuesto vídeo del rescate, inmortaliza la acción con unas fotos, y ni cortos ni perezosos, mandan sus activistas la información a los medios para que se difunda globalmente «Urbi et Orbe».
Analizando las pruebas a toro pasado, pues resulta que ya no parece finalmente ser oro todo lo que reluce, pese a que el objetivo haya sido conseguido y el mal esté hecho. La perra en cuestión (curiosamente el activista del vídeo conoce el sexo de la perra sin destaparla siquiera), resulta que tiene una cuerda atándole la boca. El problema, es que está tan floja dicha ligadura, que con el empujoncito de un dedo, va y se la cae del hocico. Ni una sola marca en la piel maxilar que delate una fuerte atadura. Por no hablar de que en unas imágenes, el nudo está hacia arriba, y en otras, pues por debajo. Es como la bala mágica que mató a Kennedy, vamos…
La pobre podenca, a decir de su rescatadora, se presenta agonizante, inconsciente y con un pie en la tumba. Sin embargo, la retracción de la piel del hocico es normal, y las mucosas no aparecen en absoluto cianóticas. Y lo más sorprendente: en su pata delantera izquierda, muestra un rasurado justo en la zona de la vena donde se aplican las vías. Es decir, que a simple vista, no hay que ser catedrático para adivinar que la perra había sido sedada, y puesta allí para simular un montaje que echara nueva mierda sobre el colectivo cinegético. La pobre podenca, tan maltratada estaba, que en las fotos del día siguiente ya aparecía cual Lázaro, totalmente resucitada, gorda, lustrosa y en perfectas condiciones físicas. Milagro del Señor, no cabe duda. Un vergonzoso caso más, éste, que sumar a la larga lista de montajes de ciertas protectoras amparadas mediáticamente por PACMA, y que desgraciadamente siguen llenándose los bolsillos de billetes a día de hoy a costa de galgos, podencos y demás perros de caza u otros, robados. El jugoso negocio del perro-hucha, vamos. Supongo que a la podenca la rebautizarán como «Nadia». Qué mejor homenaje al negocio. Digo…
Lo dicho: ya no cabe un imbécil más en España. «Ay Señor, llévame pronto…»
PD: En el momento de escribir estas líneas, PACMA ha publicado en redes sus condolencias para con los animales afectados por el macro-incendio de Doñana. Ni que me hubieran leído el pensamiento, oye. De las personas desplazadas de sus hogares por el fuego no ha hecho mención. Ni tampoco de sus miembros, que, suponemos, estarán junto a los bomberos, ayudando en la extinción de ese infierno. Qué menos…