La Sociedad de Pesca Deportiva Pantano de Almansa ha vivido esta semana un episodio tan sorprendente como inquietante. El pasado miércoles, 9 de julio de 2025, dos de sus jóvenes socios, Gabi y Pablo, se disponían a pasar una jornada de pesca en el embalse cuando avistaron en el agua algo completamente inesperado: un pequeño cocodrilo.
«Para ellos lo que veían sus ojos no era otra cosa que un cocodrilo pequeño», explica la propia sociedad en un comunicado publicado en su página de Facebook. Lejos de quedarse paralizados por la sorpresa, ambos chicos grabaron un vídeo del animal y avisaron de inmediato a la junta directiva. Tras comprobar las imágenes, los responsables de la sociedad contactaron rápidamente con la Guardia Civil y, en concreto, con el SEPRONA, que acudió con una patrulla de agentes medioambientales y miembros de la directiva para confirmar la veracidad de lo ocurrido.

Un caimán en aguas manchegas
Efectivamente, lo que nadaba en el embalse era un caimán de aproximadamente un metro de longitud, un reptil completamente ajeno no solo al ecosistema del pantano, sino al continente europeo. La prioridad era clara: sacarlo del agua lo antes posible, ya que perderle la pista podía suponer un riesgo grave tanto para la fauna como para las personas que frecuentan el entorno.
Se desplegó un operativo con trampas y cebos, y varios socios de la entidad colaboraron con las autoridades para intentar capturarlo. Finalmente, fue uno de ellos, Miguel, quien logró sacarlo del agua con un método tradicional de pesca, después de un primer intento fallido. La captura se produjo a las 20:30 h, y, según relata la sociedad, «se le trató de forma ejemplar con el fin de hacerle el menor daño posible».
El animal quedó bajo custodia de los agentes medioambientales, quienes lo trasladaron a dependencias de la Guardia Civil, donde se abrirán diligencias para identificar su especie concreta y reubicarlo en un entorno adecuado. También se ha iniciado una investigación para localizar al responsable de haberlo abandonado.

Un acto irresponsable que pudo acabar mal
Desde la Sociedad de Pesca denuncian con firmeza lo sucedido: «Una persona inconsciente tiene como mascota un cocodrilo y, cuando ya no lo quiere porque es prácticamente imposible tenerlo en su casa, opta por abandonarlo a su suerte». Además del sufrimiento del animal, recuerdan que se trata de un depredador que puede alcanzar los dos metros de longitud y que en el embalse «van muchas personas a disfrutar del entorno, con niños, perros, etc.».
Afortunadamente, la detección fue temprana y la actuación rápida. El caso no ha ido a más, pero pone de relieve los riesgos del abandono de especies exóticas y la importancia de la vigilancia ciudadana. La sociedad ha agradecido públicamente la implicación de SEPRONA y de los agentes medioambientales, así como el comportamiento ejemplar de los jóvenes pescadores.
«Da gusto tener niños como estos en nuestra sociedad, con respeto y amor por la naturaleza», señalan. Tampoco se olvidan de Miguel, el socio que logró la captura: «Su pericia fue clave para resolver este incidente con final feliz».








