La pesca con mosca es una apasionante y dificultosa modalidad que supone un reto muy gratificante para cualquier pescador. En nuestro país estamos acostumbrados a pescar con mosca tan sólo a los salmónidos, pero hay excepciones que hacen mágica esta modalidad con otro tipo de especies, como los ciprínidos. Aunque muchos pescadores se lo tomen como algo imposible o incluso ni se atrevan a intentarlo, si leyeran los siguientes párrafos seguro que terminarían por animarse.
En este caso, el protagonista de hoy en Jara y Sedal es el pescador Javier Toledo Martel, que desde hace once años practica esta modalidad en los embalses en Gran Canaria y, ante la falta de otras especies de agua dulce, pesca carpas, black-bass, percasoles o tilapias con moscas y ninfas.
Aficionado desde la niñez
La de Javier Toledo es una afición a la pesca que viene de lejos, ya que fue su padre el que le inculcó el amor por capturar peces en su tierra tanto en agua dulce como en agua salada, pero fue esta última modalidad la que lo cautivó por completo. Aunque pudiese parecer que Gran Canaria, donde él vive, careciese de embalses propicios para practicar la pesca en agua dulce, nada más lejos de la realidad.
«Tenemos bastantes embalses que se hicieron hace siglos para la recogida de agua dulce en esta zona, y estos embalses albergan las especies de toda la península prácticamente, exceptuando el lucio», explica a este medio Toledo.
Más de una década persiguiendo ciprínidos y otras especies con mosca
Desde hace once años, Toledo pesca ciprínidos y otras especies con mosca: «Sé que no es muy común o que es una modalidad poco extendida entre el resto de pescadores, pero a mí y a mi compañero nos llena. Es algo que nos da vida. Esperar a la carpa, ver cómo mira la mosca o la ninfa, sentir su picada, observar cómo se la come… todos esos aspectos son increíbles», destaca sobre esta pesca que practica con pato en los embalses canarios. Además, este pescador fabrica siempre sus propias moscas y ninfas.
Dos acciones fundamentales para dar con las carpas y pescarlas con mosca: encontrar burbujas y batir la orilla
La intuición es la principal habilidad para poder practicar la pesca de carpas con mosca y, tras ella, la experiencia. Son dos ingredientes fundamentales para dar con grandes ciprínidos. A partir de ahí, hay dos acciones fundamentales para dar con las carpas: encontrar las burbujas y batir bien la orilla, dos conceptos que desgranamos a continuación.
El primero de ellos es encontrar burbujas con el pato. Todo el que es pescador conoce que las burbujas que suben del suelo corresponden a una carpa en el fondo en busca de comida (y liberando el metanol que hay presente en la materia orgánica del fondo). Por tanto, burbuja normalmente es señal de carpa en el fondo. Y esa, según explica Toledo, es la más fácil de las acciones para encontrar los lugares donde se encuentran las carpas y pescarlas a mosca.
En segundo lugar, otra acción fundamental es batir la orilla (ahora sí, a pie y no en pato) y encontrar carpas que se encuentren en la superficie. Hay factores que pueden influir según las fechas en las que nos encontremos para que haya más o menos ejemplares en la parte superior del agua, por ejemplo, el desove, que es en primavera normalmente, pero en el caso de Canarias puede producirse en más ocasiones a lo largo del año por el clima cálido de esta comunidad.
Tres últimos consejos
Por último, Javier ofrece tres consejos finales para pescar carpas con mosca: la paciencia, la experiencia aplicada a la pesca de ciprínidos y saber trasladar la pesca a mosca de otras especies a la de la carpa. No hay más. Esta es una prueba de cómo la practica él.