La vida es capaz de sorprendernos cada día con escenas que nunca antes habríamos imaginado tener la oportunidad de presenciar. No solo eso, sino que también nos regala historias asombrosas que, incluso, resultan difíciles de creer. Una de ellas es la que vamos a conocer a continuación, la cual cuenta con un perro de rehala como principal protagonista.
En concreto, esta se ha difundido y se ha puesto en conocimiento de la sociedad a través de las redes sociales. Fue el cazador Pedro J. Rodríguez el encargado de compartir la curiosa historia en diversos grupos de Facebook. De la misma manera, otros usuarios han decidido hacerse eco de la misma.
El interminable viaje de un perro perdido en una montería
El desenlace llegó el pasado domingo, siete de enero, como si se tratara de un regalos de los mismísimos Reyes Magos. Habían pasado 15 largos días desde que el perro de rehala se perdió tras una intensa jornada de caza. Tal y como ha relatado Pedro a Jara y Sedal, durante ese tiempo sus dueños han estado haciendo todo lo posible para tratar de encontrarlo.
Tal y como ha contado el propio Pedro al equipo de Jara y Sedal, el día 28 de diciembre comenzaron a recibir las primeras llamadas que informaban de la presencia de un perro perdido por la zona que aparentaba ser de rehala por el collar que llevaba. «Como en Madridejos solo tenemos rehalas nosotros, la gente nos avisaba pensando que podría ser nuestro», ha matizado.
Desde esa fecha continuaron recibiendo llamadas todos los días, a todas horas, que les avisaban de dónde estaba en cada momento. «Gracias a esto supimos que no se movía de Madridejos y que tenía un sitio elegido para dormir y comer», ha confesado.
«Intentamos acercarnos a él para cogerlo»
Fue entonces cuando contactaron con las principales asociaciones de rehalas para que les ayudaran a divulgar las fotos del perro, así como su localización, por si el dueño era uno de sus socios. «Tratamos de acercarnos a él en varias ocasiones pero, aunque era dócil, como ya se sabe, estos perros por norma tienen su confianza puesta en la persona que les cuida y ven todos los días. Cuando alguien extraño se acerca a ellos, suelen recelar de acercarse o de dejarse coger por cualquiera», ha recordado.
Sin embargo, ha puntualizado que los vecinos les decían que si se acercaban a él con algún perro sí que se acercaba más e incluso jugaba con esos perros. «El día 7 de enero, al suspender la montería a la que íbamos a asistir con nuestras rehalas, decidimos intentar cogerlo. Con tres de nuestros perros nos paseamos por la zona donde sabíamos que pasaba el día para intentar que se hermanase con ellos y subirlo al carro donde transportamos nuestra rehala», ha añadido.
Al saber que estos perros «extrañan menos un carro o una furgoneta ya que suelen transportase así e iba a ser más fácil que se subiese ahí», esto fue lo que les llevó a intentarlo. En tan solo unos minutos, el perro se acercó a ellos y a sus perros y se subió al carro «tranquilamente».
«Estaba en perfectas condiciones», ha asegurado Pedro. «Vimos los números de teléfono del collar, localizamos a su dueño y nos contó que se había perdido hacía casi un mes. Después de varios días buscándolo lo habían dado por muerto», ha contado.
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El perro desapareció en la zona de Azuaga, un pueblo de Badajoz y fue localizado en Madridejos, un municipio de Toledo. Esto significa, por lo tanto, que el can recorrió un total de 200 kilómetros durante el tiempo que ha estado perdido.
Asimismo, Pedro ha querido poner en valor que el motivo por el que dan a conocer este tipo de historias es para «demostrar que los perros de rehala no se abandonan. Se desorientan y pueden recorrer muchísimos kilómetros».