El perro cuenta con el instinto de perseguir las piezas de caza entre las que se encuentra el zorro. Desde tiempos inmemoriales, el cazador se ha auxiliado de los canes para tratar de dar caza al raposo y conseguir así sus valoradas pieles.
Hoy día su caza, si bien se practica fundamentalmente para controlar las poblaciones del depredador, cuenta con numerosos adeptos. En España, la modalidad de perros en madriguera -en la que varios cazadores tratan de capturar a los raposos con canes de las razas jagd terrier, fox terrier, teckel u otras similares- también cuenta cada día con más aficionados y ha sido, precisamente en sus redes sociales, donde las siguientes imágenes han comenzado a correr como la pólvora.
En la filmación se ve cómo el perro, un macho, intenta copular con la zorra a la que debería haber tratado de dar caza. Los hombres que graban la escena no pueden parar de reír cuando advierten que su can no está precisamente peleando con la que, a priori, debería ser la presa.
Expertos demuestran que la hibridación entre perro y zorro es posible
Investigadores confirmaron en 2015 en Croacia el primer hallazgo conocido de hibridación entre perros domésticos y zorro común, en un entorno silvestre, constatado con marcadores genéticos.
En su artículo publicado en la revista Open Science y que recogió Europa Press, los investigadores de la Universidad de Zagreb y del ISPRA italiano, describieron cómo se encontró la descendencia de la pareja, cómo se confirmó el mestizaje y lo que implica el cruce entre los caninos salvajes y los perros domésticos.
Aunque sí se tenía constancia de otras hibridaciones entre cánidos, nunca antes se había visto, o al menos informado, un caso de apareamiento y reproducción de un perro doméstico con un zorro común.
Los investigadores detallaron que un grupo de cazadores les llevaron varios animales recién cazados que inicialmente pensaban que eran zorros, después de detectar algunas características propias de un perro. Los cadáveres de los animales fueron llevados a un laboratorio donde se tomaron muestras de tejido y posteriormente se sometieron a pruebas cromosómicas y de ADN.
El análisis confirmó que los animales eran descendientes de zorros hembra y perros domésticos machos, lo que les convirtió en los primeros casos conocidos de cruce entre can y raposo.