La perdiz roja ha registrado un mal año de cría debido, muy probablemente, a las malas condiciones meteorológicas registradas en primavera y verano, con una ola de calor en el mes de abril y lluvias y granizos en junio, según se desprende del primer censo de bandos de perdiz realizado con el Observatorio Cinegético.

El censo de bandos de perdiz tiene como principal objetivo diferenciar entre perdices adultas y jóvenes y, de esta forma, evaluar la temporada de cría, un dato clave para planificar un correcto aprovechamiento cinegético. Hasta la fecha, nunca antes se había abordado realizar un censo de estas características en la perdiz roja para evaluar la temporada de cría a gran escala. 

274 cotos y 376 censos

La campaña, que se ha realizado entre los meses de julio y septiembre, contó con la participación de 274 cotos que han realizado 376 censos válidos en varias comunidades autónomas. Los datos globales muestran que se han visto perdices jóvenes en el 46% de los cotos y en el 41% de los censos realizados. Es decir, que en menos de la mitad de los cotos participantes se han podido ver perdices jóvenes. 

Teniendo en cuenta todos los cotos en los que sí se registraron perdices jóvenes, se ha realizado un cálculo de la relación de edades, lo que permite conocer el éxito reproductivo, obteniéndose un valor de 1,26, que indica que muy pocas perdices fueron capaces de reproducirse y criar con éxito a sus perdigones, siendo deseable para poder plantear una caza sostenible que se supere el valor de 2, que indica que hay el doble de jóvenes que de adultos. 

Raquel Castillo, investigadora coordinadora del Observatorio Cinegético, ha señalado que «estos primeros datos señalan que la cría de la perdiz roja en el 2023 ha sido en líneas generales muy floja» y ha añadido que «antes del inicio de la campaña de censos, muchos colaboradores del Observatorio ya advirtieron de esta situación, aunque es cierto que no todos los cotos se han visto afectados de la misma manera».

Compromiso, esfuerzo y argumentos 

En esta línea, ha mostrado su agradecimiento «por la participación de casi 300 cotos por primera vez en esta campaña de censos y, muy especialmente, por tratarse de un mal año de cría, en el que puede haber cierto desánimo entre cazadores y gestores». De hecho, ha añadido, «esto demuestra su compromiso y esfuerzo por la conservación de una especie tan importante como la perdiz roja». 

Una de las consecuencias de este mal año de cría es que muchos cotos no vayan a cazar la perdiz, o bien lo hagan con fuertes restricciones, «medidas necesarias que, junto con la gestión del hábitat, el control de la depredación y la monitorización nos permitirán volver a cazar perdices en próximas temporadas», afirma la investigadora.

Fundación Artemisan agradece a todos los cotos que han participado y muestra su apoyo a los que, en estas semanas, tendrán que tomar importantes decisiones para el futuro de la perdiz, como la reducción de cupos, días de caza e incluso suspensión de la caza de la especie esta temporada, medidas que son apoyadas por la Fundación Artemisan. Además, la entidad seguirá trasladando a las administraciones competentes la necesidad de apoyar a los cazadores y gestores en su trabajo para conservar la perdiz roja y otras especies.  

El Observatorio Cinegético en una herramienta de ciencia ciudadana puesta en marcha por Fundación Artemisan, Bineo Consulting y la Real Federación Española de Caza, en la que colaboran cazadores de todo el país y que se ha constituido como la mayor red de monitorización de fauna silvestre del país. Cuenta con la colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Mutuasport y las federaciones autonómicas de caza, y con el patrocinio de Hornady y Hart Hunting.

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