La joven pastora Nazaret Martín Crespo, natural del norte de Extremadura, ha publicado en su canal de YouTube un vídeo en el que denuncia que le desapareció un chivo, sospechosamente, justo el día antes de Nochevieja. Aunque expone que hay gran cantidad de alimañas como zorros meloncillos o tejones en la zona, cree que podría haber sido la mano humana la que se habría llevado esta cría de cabra.

«Me voy a tomar las cosas con filosofía y no voy a pensar mal», señala la ganadera al inicio del vídeo. Los hechos ocurrieron el día 30 de diciembre de 2022, previo a la Nochevieja: «Sabéis que tengo un chivo, y tengo mastines que se han criado con ovejas; ellos a las cabras las respetan, pero ellos son perros ovejeros, que están donde están las ovejas, no donde las cabras, una especie que tiende a segregarse, haciéndose su grupo caprino y a separarse». Por ello, sus mastines ovejeros no fueron tras las cabras, sino que se quedaron con las ovejas.

«El día 30 las cabras cuando vinieron, lo hicieron sin el chivo; a veces, me han desaparecido chivos y es que se quedan agazapados. Simplemente es que se quedan en unas peñas, y hasta que no llega la madre, no salen», prosigue la joven. «Precisamente por esta experiencia no he dicho nada: estamos a 2 de enero y el chivo no ha aparecido», señala la ganadera. «He estado esperando a ver qué pasaba, pero han pasado cuatro días y no ha vuelto. No me pongo nerviosa, ya que esto es inevitable en los ganaderos; hacemos todo lo posible para evitarlas, pero no podemos controlar lo incontrolable ni estar las 24 horas del día con el ganado», añade.

«Ahora mismo, solo hay un hecho: el chivo no ha aparecido»

«Creo que el chivo está muerto, bien sea en la barriga de algún bicho, o en un bicho de dos patas: hay dos opciones, una, que la cabra alejada del rebaño, y como esto está plagado de zorros o meloncillos, y las atacara alguna alimaña; el resto de cabras escaparon y engancharon al chivo. La segunda opción es que alguien me haya controlado al chivo y se lo haya llevado para la cena de Nochevieja. Pero esta segunda opción es difícil, porque se tienen que dar circunstancias muy favorecedoras a esa persona: que no estén los mastines cerca, que el ladrón sea muy habilidoso, ya que coger a un chivo a campo abierto no es fácil, o que se hubiese dado alguna circunstancia y que lo pudiese coger».

«Ahora mismo, solo hay un hecho: el chivo no ha aparecido. A ese se lo ha comido algo. Y creo que podría haber sido una persona porque son días muy señalados. No sé lo que ha pasado con el chivo ni lo sabré nunca.

«Puede que algún otro cabrito se lo haya comido»

«Puede que algún otro cabrito se lo haya comido, y que me esté viendo, pero yo sé que a la gente que hace cosas buenas le pasan cosas buenas, y a la gente que hace cosas malas le hace cosas malas. Y sé que a la persona que me lo ha robado, la vida se lo va a pagar», reflexiona la joven ganadera. «Esto a mí me sirve para, en un futuro, tener mucho más cuidado en mi ganadería y en mis animales, independientemente de que haya sido una alimaña o una persona alimaña», concluye.

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