Estamos en pleno otoño y con él se multiplican los aficionados que salen al monte en busca de níscalos, boletus y setas. Sin embargo, lo que para muchos es una afición inofensiva puede acabar resultando caro si no se respetan las normas de acceso al medio natural. Las autoridades advierten que circular con vehículos por pistas o caminos no autorizados puede conllevar sanciones de hasta 3.000 euros, además de multas por aparcar en lugares indebidos.

En las zonas más frecuentadas, es habitual ver filas de coches estacionados junto a las carreteras o en cunetas, cuyos ocupantes se adentran en el bosque con cestas y navajas. Esta costumbre, aparentemente inocente, puede acarrear una multa de 200 euros si el vehículo se encuentra mal aparcado o invade el arcén. Aparcar en caminos de tierra sin habilitar también está prohibido y se sanciona de la misma forma.

No son pocos los conductores que, con tal de acercarse al punto de recolección, deciden internarse por pistas forestales sin comprobar si está permitido. En muchos casos, estas vías son de uso restringido o propiedad pública protegida, y su tránsito con vehículos a motor requiere autorización expresa.

Circular por ciertos caminos o pistas puede estar prohibido. Hacerlo fuera de ellos, también es sancionable. © Shutterstock

Las leyes que lo regulan

La Ley de Montes (43/2003) y la Ley de Vías Pecuarias (3/1995) establecen que no se puede circular por caminos o zonas forestales con vehículos a motor donde exista prohibición expresa, a menos que sean privados o se cuente con una autorización.

Ley de Montes, artículo 67. k) Se prohíbe el tránsito o la permanencia en caminos o zonas forestales donde exista prohibición expresa en tal sentido, o incumpliendo las condiciones que al respecto se establezcan, así como la circulación con vehículos a motor atravesando terrenos fuera de carreteras, caminos, pistas o cualquier infraestructura utilizable a tal fin, excepto cuando haya sido expresamente autorizada.

Además, incluso con permiso, las normas son estrictas: la velocidad máxima permitida es de 20 kilómetros por hora, y no se puede circular en grupo salvo con un permiso especial. Las autoridades recuerdan que estas medidas buscan proteger los ecosistemas forestales del deterioro provocado por el tránsito motorizado.

Controles y sanciones

Durante los fines de semana de otoño, la Guardia Civil y los Agentes Forestales intensifican los controles en zonas de alta afluencia micológica. Revisan tanto la procedencia de los vehículos como los permisos de acceso y recolección. En muchos municipios, la recogida de setas requiere además un permiso específico, gestionado por el ayuntamiento o la comunidad autónoma.

Los agentes también vigilan la acumulación de residuos, el daño a los suelos o el arranque indiscriminado de especies protegidas, prácticas que pueden derivar en sanciones adicionales.

La recomendación es clara: antes de salir al monte, conviene informarse en el ayuntamiento o en las oficinas de medio ambiente sobre la titularidad de los caminos y la necesidad de obtener permisos. Así se evitan sanciones y se contribuye a la conservación del entorno.

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