Durante los últimos días, un impactante vídeo ha resurgido en redes sociales provocando una nueva ola de comentarios. En las imágenes se ve a una mujer que, en lo que parece ser un encierro popular, se interpone deliberadamente en el camino de una vaca brava. Con la mano extendida y una actitud aparentemente calmada, la mujer intenta detener al animal como si se tratara de una mascota. Sin embargo, el desenlace demuestra lo lejos que estaba de comprender el comportamiento instintivo de un bovino en plena carrera.
La escena, compartida originalmente el verano pasado por varias cuentas, ha cobrado fuerza de nuevo en Instagram, especialmente tras su publicación por el perfil @lacastataurina, que acumula miles de seguidores. En la grabación, la mujer espera al animal apoyada contra un vallado y, cuando la vaca se aproxima, alza el brazo con la palma abierta. Su intención parece ser la de calmarla, como si su tranquilidad pudiera evitar la embestida. Pero lo que sigue es una contundente demostración de instinto animal.
La vaca embiste sin dudarlo
Cuando la vaca alcanza a la mujer, no hay duda: arremete directamente contra ella, forzándola a refugiarse entre los barrotes del vallado. Lejos de aprender de la primera experiencia, la mujer vuelve a sacar el brazo en otro intento de frenar al animal con su actitud pacífica. El resultado es aún más contundente: la vaca le lanza un segundo topetazo que la desplaza violentamente hacia el interior de la valla.
La vaca, en esa última embestida, introduce los cuernos entre los barrotes. Por fortuna, consigue retroceder y liberarse sin quedar atrapada, lo que podría haber causado una situación aún más peligrosa: la ruptura del vallado y una posible huida del animal fuera del recorrido.
Un vídeo que ha reabierto el debate
El vídeo ha vuelto a poner sobre la mesa la tensión entre animalistas y defensores de los festejos taurinos tradicionales. En el texto que acompaña a la publicación, los administradores de la cuenta afirman: «Antitaurina intenta acariciar a una vaca como si fuera una mascota, el final, era de esperar».
Aunque no se ha podido confirmar el lugar exacto donde se grabaron las imágenes, todo indica que se trata de un encierro popular, enmarcado dentro de las celebraciones de alguna localidad española. El tipo de vallado y la disposición del recorrido son elementos habituales en este tipo de festejos.
Este tipo de situaciones no solo exponen a riesgos innecesarios a quienes desconocen el comportamiento del ganado bravo, sino que también generan peligros adicionales para los propios animales y el resto de asistentes al evento. La actitud de la mujer, aparentemente bienintencionada, demuestra el desconocimiento que muchas personas tienen sobre la naturaleza y el instinto de defensa de estos animales.








