Fuensalida volvió a asumir el papel de gran plaza de la competición canina en campo. La localidad toledana reunió a equipos de Bélgica, Eslovaquia, Italia, Francia, Portugal, Serbia y España en el Campeonato del Mundo de Otoño del braco alemán, una cita de las que marcan temporada por el nivel de exigencia y por el prestigio que otorga a quienes destacan en caza práctica. Durante dos jornadas intensas, el ambiente fue plenamente internacional y el listón deportivo se mantuvo alto desde el primer turno, con actuaciones sólidas y una rivalidad que se vivió con deportividad.
Mou, campeón del mundo individual con un guía amateur
El gran nombre del campeonato fue Mou, conducido por el cordobés Javier García Morillo-Velarde, que se proclamó campeón del mundo individual. El triunfo tiene un valor añadido que no pasa desapercibido en un circuito cada vez más profesionalizado: su guía compitió como aficionado, impulsado por la afición y la constancia, sin dedicarse profesionalmente a este ámbito. En un escenario así, donde cualquier detalle se paga, el título adquiere un significado especial.
El propio Javier lo expresó emocionado tras la entrega: «Para mí, que no soy profesional de esto, alcanzar un Campeonato del Mundo es algo que jamás hubiera imaginado. Mou lo ha dado todo y hemos vivido un sueño en el campo». La victoria, además, pone el broche a una temporada excepcional para la pareja, que semanas atrás ya había firmado otro hito al conquistar el Campeonato de España de Perros de Muestra Continentales, consolidando un 2025 difícil de olvidar.
Doblete individual y oro por equipos para España
El éxito español no se quedó en lo individual. Erik, guiado por José Antonio Guerrero, se alzó con el subcampeonato del mundo, completando un doblete histórico para España en la clasificación individual. Es un resultado que habla del nivel técnico alcanzado por los perros de muestra españoles y del trabajo de sus conductores, capaces de rendir en un campeonato donde la presión no perdona y donde cada punto se defiende como si fuera el último.
La guinda llegó con el título mundial por equipos. España se proclamó campeona por selecciones, por delante de Italia —subcampeona— y Serbia, que completó el podio. La foto final deja una lectura clara: no fue un golpe aislado, sino una actuación de bloque, con regularidad y solvencia en todos los frentes, confirmando el gran momento que atraviesa el braco alemán en nuestro país y la fortaleza del trabajo colectivo que hay detrás de una selección competitiva.
El campeonato, además, dejó un reconocimiento explícito a quienes sostienen la trastienda de estas citas. La organización destacó el papel del Club Español del Braco Alemán (CEBA) y de Deutsch Kurzhaar en la preparación y coordinación del evento, y subrayó el trabajo de Loli Torres y Juan De La Sierra Espadán, piezas clave —muchas veces lejos del foco— para que España siga siendo sede de pruebas internacionales con este nivel de calidad y prestigio.








