El yacimiento aurífero que se encuentra en la parroquia de Campos y Sala, en Tapia de Casariego (Asturias), representa un importante potencial económico para la región. Las vetas de cuarzo aurífero, alojadas en rocas metamórficas, han sido objeto de estudios geológicos detallados que confirman la viabilidad de su explotación. Las 60 hectáreas propuestas para la denominada «mina de Salave», sin embargo, están clasificadas como suelo rústico y para llevar a cabo el proyecto sería necesario modificar el planeamiento urbanístico y reclasificar el terreno como suelo industrial.

Con ese fin, la compañía minera titular de los derechos de explotación ha instado al Ayuntamiento local a modificar el planeamiento urbanístico alegando que la mina tendría un valor de 3.000 millones de euros y que generaría 200 trabajos directos.


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El ayuntamiento rechaza la explotación pese a ser una alternativa sostenible

Uno de los principales riesgos de las minas tradicionales es la contaminación de suelos y aguas subterráneas. Los procesos de extracción, que a menudo involucran el uso de sustancias químicas como el cianuro, pueden provocar la liberación de contaminantes tóxicos en el entorno. Estas sustancias pueden filtrarse en el suelo y contaminar acuíferos, afectando la calidad del agua para consumo humano y a las especies acuáticas.

La minería a cielo abierto implica la remoción de grandes volúmenes de tierra, lo que resulta en la destrucción de hábitats naturales y en la alteración del paisaje. Los ecosistemas costeros, los bosques y los humedales, que albergan una gran diversidad de flora y fauna, son particularmente vulnerables a este tipo de alteraciones. La pérdida de hábitat puede llevar a la disminución de poblaciones de especies cuando no a la extinción local de las mismas.

La propuesta minera actual, sin embargo, presenta una alternativa más sostenible a las prácticas mineras tradicionales. Al optar por una explotación subterránea y eliminar el uso de sustancias tóxicas como el cianuro, se busca minimizar los impactos negativos sobre el entorno natural. Esta decisión demuestra un compromiso con la preservación del medio ambiente y a su vez con la economía local, teniendo en cuenta que Asturias es reconocida por sus impresionantes paisajes naturales pero también ha tenido siempre una larga tradición minera.

Pese a todo, el informe técnico elaborado por funcionarios municipales concluyó que la propuesta carecía de sustento legal y ambiental, lo que motivó la denegación unánime por parte del pleno municipal.

«Oro, no»

La existencia de una plataforma ciudadana llamada «Oro, no» ha surgido en respuesta a los proyectos de explotación del oro en la localidad asturiana. La entidad argumenta la necesidad de adoptar un enfoque más holístico y a largo plazo en la gestión de los recursos naturales, priorizando la protección del medio ambiente frente al desarrollo de la economía local ya que, según argumentan en este caso, los costes medioambientales «superan cualquier beneficio económico potencial».

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