Son muchas las teorías de las que se han hablado, ciertas o no, en lo que respecta a las medidas que establece la nueva Ley de Bienestar Animal del Gobierno de España, aprobada el año pasado. Una de ellas tiene que ver con la vida de las ratas y a continuación aclaramos todos los detalles acerca de este asunto.

Sobre algunas de las verdades de su texto ya nos hemos pronunciado en este medio en ocasiones anteriores. Muchas de estas hacen referencia a las mascotas y, en concreto, a los perros, como la obligatoriedad de realizar un curso de tenencia de perros para sus dueños, una medida que no afecta a los dueños actuales ni a los veterinarios y profesionales del comportamiento.

Asimismo, la ley animalista también contempla la contratación de un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros que deberá tener una cobertura de 100.000 euros y permanecer en vigor durante toda la vida del animal, sin importar la raza del perro.

Penas de cárcel por matar a una rata

Ratas. © Shutterstock

Cambiando ahora de especie, esta ley tiene en su texto otra medida que pone de manifiesto el carácter absurdo y tremendamente prohibicionista de la norma. Dicho documento protege a las especies sinantrópicas en los núcleos urbanos, incluyéndose en esta denominación cualquier especie que vive en entornos muy cercanos a las personas, utilizándolos como zona de vida o como lugar de paso.


Los animalistas del Gobierno vuelven a la carga y quieren que los perros de caza entren en la Ley de Bienestar Animal


Por lo tanto, en este punto se encuadran algunos animales como, por ejemplo, las ratas y los ratones que pueden entrar en nuestra casa. Aquí es donde entra en juego otra de las normas aprobadas por el Gobierno de Sánchez. Nos referimos a la ley de reforma del Código Penal en material de maltrato animal. Tras la modificación animalista, su artículo 340 bis impone penas de prisión de seis a 18 meses cuando se cause la muerte de un animal vertebrado, por lo que matar una rata que entra en tu casa puede salirte muy caro.

Además, este mismo documento detalla que «si el delito se hubiera cometido utilizando armas de fuego, el juez o tribunal podrá imponer motivadamente la pena de privación del derecho a tenencia y porte de armas por un tiempo de dos a cinco años».

Por tanto, las leyes animalistas solo permiten golpear a la rata o al ratón sin hacerle daño. La única manera de librarse de las penas de prisión sería demostrar ante el juez que actuaron en defensa propia o por miedo insuperable. En todo caso, sí llegaría a juicio matar un roedor en casa.

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