El aumento de senderistas, ciclistas y turistas rurales con la llegada del buen tiempo multiplica los encuentros con perros mastines que vigilan rebaños. Para muchos visitantes no habituales del entorno, la presencia de estos animales impone y genera dudas sobre cómo comportarse. La ganadera extremeña Nazaret Martín, con amplia experiencia en el manejo de rebaños en la Sierra de Gata, ha querido aclarar en un vídeo qué pasos seguir para evitar sustos innecesarios.

Su explicación llega tras recibir numerosas consultas de seguidores que, al toparse con un perro guardián, no sabían cómo reaccionar. La pastora insiste en que estos encuentros son habituales y que, con unas pautas básicas, no deberían suponer peligro alguno. La clave, recalca, es mantener la calma y entender qué está haciendo el perro en ese momento.

A partir de ahí, Martín entra en detalles prácticos. En su intervención subraya que muchos incidentes no se producen por agresividad del animal, sino por actitudes humanas equivocadas, impulsadas casi siempre por el miedo o la falta de experiencia en el medio rural.

Cómo comportarse ante un mastín

La ganadera señala que el error más frecuente es intentar huir o reaccionar con brusquedad. «Lo que nunca se puede hacer, bajo ningún concepto, es empezar a correr, ponerse nervioso, empezar a gritar y tirar palos, objetos o piedras… Porque eso fomenta la agresividad del perro». Explica que estas actitudes desatan en el animal el instinto de protección del rebaño, no un deseo de atacar.

Martín recuerda que los mastines, por su naturaleza y entrenamiento, no buscan hacer daño. «El mastín no busca la confrontación», afirma, y añade: «Con esa actitud puedes fomentar que el perro se ponga agresivo». Por eso, si un caminante se encuentra con uno de estos animales, recomienda darse la vuelta con tranquilidad y alejarse sin hacer movimientos bruscos. «Es muy difícil que un mastín te ataque», subraya.

Nazaret durante su intervención en el vídeo. © YouTube

Bicicletas, cachorros y respeto al trabajo rural

Uno de los puntos que más destaca es el efecto que pueden tener las bicicletas en el comportamiento de estos perros. «Los perros se ponen locos con las bicis. Eso sí, cuando te bajas, los míos paran», explica la joven ganadera, que insiste en que descender de la bici reduce la tensión de inmediato.

También pide evitar cualquier tipo de contacto con los cachorros o intentos de alimentarlos. «No acercarse a los perros, a los cachorros no acercarse tampoco, no echarles de comer, no dar de comer a ningún animal porque si no luego no le sirven al ganadero». Se trata, dice, de una cuestión de manejo: si se acostumbran demasiado a las personas, dejan de cumplir su función.

En su mensaje final, Martín recuerda la importancia de acercarse al campo con respeto hacia quienes trabajan en él. «Siguiendo estas pautas se puede hacer turismo rural, se pueden hacer rutas… sin perjudicar a los que vivimos aquí todo el año ejerciendo los derechos que tenga cada uno».

YouTube video

Su vídeo se ha convertido en una guía útil para excursionistas, ciclistas y visitantes que disfrutan del entorno natural sin conocer del todo el papel fundamental de los perros guardianes en los sistemas ganaderos.

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