En un momento en el que la tecnología aplicada a la caza no deja de avanzar, encontrar soluciones económicas para mejorar nuestro equipo es un hallazgo cada vez más valorado por los aficionados. Eso mismo ha logrado el cazador Íñigo Sagaseta, quien ha revolucionado Instagram con un vídeo en el que explica cómo transformar una linterna de apenas 16 euros en una que rivaliza en prestaciones con modelos de hasta 250.
Su propuesta no tiene nada que ver con cambiar el led ni desmontar la óptica. Es, según sus propias palabras, una mejora «mucho más sencilla». Basta con un par de trozos de cable, un poco de estaño y una soldadura básica para lograr una notable mejora en la potencia lumínica y, a la vez, reducir el consumo energético. La clave está en los muelles internos que conectan la batería con el led.
El fallo de las linternas baratas: los muelles
«La gran mayoría de las linternas conectan la batería al led a través de unos muelles», señala Sagaseta en su vídeo. «Estos muelles son, para empezar, metal. Que no es lo más conductor. Para seguir, muy finitos…». Este detalle aparentemente menor se traduce en una pérdida de eficiencia considerable. La resistencia generada por ese conductor tan débil merma el rendimiento general de la linterna.
El truco consiste en puentear ese muelle mediante un cable que cree una conexión directa y de mayor superficie. «Si coges y puenteas el muelle con un cable y le sueldas una buena superficie de contacto en la tapa y por dentro (…) lo que conseguimos es una linterna de mucha mayor potencia y mucho menor consumo», explica en su grabación, que acumula ya cerca de 2.000 likes en Instagram.
Cómo lo hacen las linternas premium
Para respaldar su argumento, el cazador muestra el sistema de una linterna de gama alta. En este caso, el interior prescinde por completo del clásico muelle como conductor y apuesta por una superficie metálica plana, más eficiente y segura. Justo lo que propone replicar en el modelo económico tras realizar el truco.
El resultado es sorprendente: una linterna barata que, tras esta modificación, ofrece un rendimiento que «llega casi al nivel de las de más de 200 euros», tal y como afirma el propio Sagaseta. Una mejora que puede resultar clave, por ejemplo, para quienes practican la modalidad de espera al jabalí, donde una buena visibilidad marca la diferencia.
El ingenio, en este caso, se impone al precio. Y la comunidad cinegética ha respondido con entusiasmo a este descubrimiento que permite exprimir al máximo herramientas asequibles. A veces, los grandes cambios comienzan con un simple cable.
