La capacidad de aguante de las liebres en sus camas ante las situaciones de peligro es por todos conocida y en el siguiente vídeo de una rabona al lado de un hombre se vuelve a poner de manifiesto. La liebre aguanta estoica confiando en su camuflaje con una sangre fría que impresiona. Ni los movimientos de la persona que graba, que incluso se queda a tan sólo un metro de ella, consiguen hacer que eche a correr. Tan sólo una última acción de éste, que lanza unos terrones hacia donde se encuentra, hacen que abandone la cama.

El encame, su sistema de protección frente a los depredadores

Durante el día, las liebres suelen permanecer agazapadas en las pequeñas depresiones del terreno que popularmente conocemos como ‘camas’ y que ellas mismas excavan con sus patas. Es su sistema de protección frente a los depredadores. En el caso de que sea descubierta o se sienta amenazada en su encame lo abandona aprovechando para ello su extraordinaria velocidad, que en plena carrera puede superar los 60 kilómetros por hora, como es el caso de este vídeo. Tras la puesta de sol es cuando se alimenta y socializa con sus congéneres. 

Su vida en grupo, otra protección frente a los depredadores

La vida en grupo también es una forma de vigilancia frente a los predadores, pues se ha demostrado que las liebres que pastan solas manifiestan más patrones de vigilancia que las que lo hacen en compañía. El comportamiento durante el tiempo que están pastando y la frecuencia de formación de grupos dependen del tipo de hábitat y de la edad de los individuos.

El aguante de esta liebre encamada también te dejará sin palabras

La liebre encamada. / JyS

El vídeo impresiona: una liebre encamada aguanta hasta la última milésima de segundo para intentar emprender la carrera. El animal lo hace después de que un grupo de cazadores permanezca hablando y haciendo ruido a su alrededor durante varios minutos. No te lo pierdas.

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