Con la llegada de la Navidad, encontrar un regalo que vaya más allá de lo previsible no siempre resulta sencillo. Entre las novedades editoriales de este año destaca Viejas historias de furtivos olvidados, una obra que mira de frente a la España rural más dura del siglo XX y que conecta directamente con quienes entienden el monte como algo más que un paisaje.
Escrito por Israel Hernández, director de la revista Jara y Sedal y Cazaflix, el libro propone un viaje a un tiempo no tan lejano en el que la supervivencia marcaba el ritmo de la vida. Sus páginas recogen historias reales de hombres empujados por el hambre y la miseria a echarse al monte, en un país donde las normas escritas quedaban a menudo muy lejos de la realidad cotidiana de los pueblos.
No se trata de un libro de aventuras ni de una sucesión de hazañas. El enfoque es sobrio, casi documental, y pone el acento en el contexto social y humano que rodeaba aquellas escenas. La caza aparece como una herramienta de subsistencia, no como ocio, y el furtivismo como una consecuencia directa de la necesidad.
Antes de entrar en los distintos capítulos, el lector se encuentra con un prólogo que marca con claridad el tono de la obra y su intención de fondo. «Este libro que tiene usted en sus manos es un viaje al pasado más reciente de una España rural que comienza a perderse tras la difusa neblina del tiempo», señala el texto introductorio.
Un regalo con memoria y contexto
Lejos de idealizar el pasado, Viejas historias de furtivos olvidados sitúa cada relato en su contexto histórico. Son tiempos de escasez, de caminos polvorientos y de leyes dictadas desde muy lejos. «Porque eran tiempos en los que las leyes que los sometían las dictaban sus propias tripas, no las cortes de Madrid», se recoge en el prólogo.
Las historias están basadas en hechos reales, recopilados a lo largo de décadas de trabajo, conversaciones y lecturas. En algunos casos, los nombres se mantienen; en otros, se difuminan. Pero las escenas, los lances y las consecuencias fueron reales. Conejos que significaban una cena y liebres que podían acabar en condena.
El libro insiste en una idea que atraviesa todas sus páginas: no se puede juzgar aquel mundo con los ojos de hoy. «Juzgar el pasado con las reglas del presente es tan injusto como disparar contra quien ya no puede defenderse», advierte el autor, dejando claro que no hay voluntad de justificar, sino de comprender.

Una lectura para quienes aman el monte
Uno de los valores añadidos de la obra es su carga emocional. Entre las historias aparece la figura del abuelo del autor, Laureano, como símbolo de toda una generación que vivió y murió ligada al monte. Sus anécdotas sirven de puente entre la memoria personal y la colectiva.
Por todo ello, Viejas historias de furtivos olvidados se convierte en un regalo especialmente indicado para cazadores, aficionados al mundo rural y lectores interesados en la historia social de nuestro país. No es un libro ligero ni complaciente, pero sí honesto y necesario.
La obra ya se puede comprar a través de la web librosdecaza.com, lo que la sitúa como una opción clara de cara a estas Navidades para quienes buscan regalar algo con contenido, memoria y raíces.
@jara_y_sedal Hubo un tiempo en el que cazar no era un deporte, era sobrevivir. Historias reales de una España rural que ya casi nadie recuerda. El hambre, el monte, la huida… y la memoria de nuestros abuelos. 📖 Viejas historias de furtivos olvidados ya está disponible. #furtivos #memoriarural #caza #historiasreales #españarural ♬ sonido original – Jara y Sedal








