El Partido Popular de Asturias ha presentado una propuesta de Ley de Patrimonio Sensorial Rural con la que busca proteger los sonidos y olores propios del campo, como el mugido de las vacas o el olor del estiércol. El texto, que ya fue rechazado en marzo, vuelve ahora al debate público respaldado por asociaciones ganaderas y entidades rurales.
La iniciativa pretende reconocer estos elementos como parte esencial del patrimonio cultural asturiano, en un intento por frenar el choque entre los modos de vida tradicionales y las sensibilidades urbanas. La plataforma Asturias Ganadera ha pedido al PSOE, IU-Convocatoria por Asturies y a la diputada Covadonga Tomé que reconsideren su postura y apoyen la propuesta en la Junta General del Principado.
El portavoz popular Luis Venta Cueli explicó que el objetivo es garantizar la convivencia entre quienes viven del campo y los nuevos residentes en la zona rural —comúnmente denominados «neorrurales»—. «Los turistas quieren el campo, pero sin las servidumbres del campo. Quieren vacas, pero sin sus mugidos; huevos frescos, pero sin el canto del gallo».
Un patrimonio hecho de sonidos y olores
La norma, elaborada junto al jurista Ignacio Arias y la Federación Asturiana de Parroquias Rurales, plantea un inventario oficial de olores y sonidos vinculados a la vida rural. Entre ellos, el canto del gallo, el ladrido de los perros pastores, el ruido de tractores o el olor a purines, gallinaza y humo. Según el PP, se trata de «elementos naturales y saludables» frente a los ruidos y emisiones de las ciudades.

Venta argumenta que el medio rural necesita protección ante la presión de los «urbanitas» y de los llamados «rurales reconvertidos», personas que, tras abandonar su actividad ganadera para dedicarse al turismo, critican los mismos sonidos que antes formaban parte de su vida cotidiana. «Esta ley busca proteger la identidad cultural de nuestros pueblos y evitar que la modernidad borre su esencia», subrayó.
Respaldo del sector ganadero
La propuesta ha recibido el apoyo de Asturias Ganadera, que la considera una iniciativa «pionera y sin sesgo ideológico». La organización insiste en que no tiene carácter sancionador, sino «protector», y recuerda que países como Francia ya cuentan con leyes similares para preservar su patrimonio rural.
Desde el Gobierno del Principado, el consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos, señaló que la anterior votación reflejó la posición de los grupos parlamentarios, pero dejó abierta la puerta a un nuevo debate si la propuesta vuelve a registrarse.
Con esta ley, el PP aspira a blindar la convivencia rural y a reivindicar que los olores y sonidos del campo no sean vistos como molestias, sino como parte de un legado vivo que define la identidad de Asturias.








