Los cazadores abanderan la persecución de la lacra del furtivismo en España, denunciando y personándose en los procedimientos judiciales por delitos contra la fauna y logrando importantes avances y victorias en este aspecto en los últimos años, según asegura la Fundación Artemisan.
De hecho, la fundación se ha personado, junto a diferentes entidades del sector, en numerosos procedimientos contra estos delincuentes que generan graves perjuicios para cazadores y gestores, para el medioambiente, la biodiversidad y para la sociedad en general, malhechores que nada tienen que ver con la caza sostenible, legal y ética que practican los cazadores cada día en nuestro país.
Prueba de ello es la reciente condena de cárcel lograda por la Federación Andaluza de Caza contra dos furtivos detenidos por matar seis ciervos y dos gamos en el Parque Natural Sierra de Aracena, con la colaboración de la asesoría jurídica de Fundación Artemisan. Una condena pionera que se ha servido de pruebas de balística y ADN poco habituales en este tipo de investigaciones.
Pero no ha sido el único ni el primero. Desde su creación hace 5 años, Fundación Artemisan se ha personado en juicios por casos de furtivismo de perdices en Cádiz, de cabra montés en Sierra de Gredos, de ciervos en Ciudad Real, o por la muerte de varios linces, entre otros.
Artemisan ha denunciado otros graves daños a la biodiversidad
Además, más allá del furtivismo, la organización ha denunciado diversas actuaciones que suponen graves daños a la biodiversidad, como la matanza en pleno Parque Nacional de Monfragüe perpetuada por la propia administración, o los canales de riego de la muerte en los que fallecen ahogados cientos de miles de animales cada año por la inacción de las administraciones competentes.
Para Fundación Artemisan, es importante que la sociedad sepa qué colectivo es el que está dedicando tiempo, esfuerzo y mucho dinero en perseguir los daños a la fauna y flora, que conozcan cómo los cazadores invierten cada año millones de euros de sus bolsillos en conservación.
A pesar de ello, lamenta que sea algo habitual el encontrar que ambos términos se confunden o se mezclan, incluso por parte de las propias administraciones, lo que supone un evidente perjuicio a un colectivo que está completamente volcado en la lucha contra el furtivismo.
Por ello, ha pedido que dejen de unirse en una misma frase los conceptos cazador y furtivo, puesto que mientras el furtivo es un delincuente sin escrúpulos que genera daños irreparables allí donde actúa, el cazador es quien más invierte en conservación, quien más tiempo pasa en el campo para detectar y alertar ante cualquier daño y el primero en perseguirlo y denunciarlo.