En una operación reciente llevada a cabo por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), dos jóvenes han sido investigados por furtivismo tras ser interceptados con la cabeza de un ciervo recién abatido. Se desplazaban en dos vehículos perfectamente sincronizados: el primero actuaba como lanzadera para detectar controles, mientras que el segundo transportaba el trofeo ilegal.
Furtivos perfectamente coordinados
La investigación comenzó cuando los agentes del Seprona, con base en Cazalla de la Sierra, detectaron una serie de episodios de furtivismo en los parajes naturales de Las Navas de la Concepción y Constantina, en la Sierra Norte de Sevilla. Estos incidentes generaron una notable preocupación entre los propietarios de fincas de la zona, quienes alertaron de los daños y perjuicios que estas actividades estaban causando en sus terrenos.
Los investigadores pronto repararon en el comportamiento sospechoso de dos vehículos que circulaban juntos a escasa distancia, realizando maniobras coordinadas. Uno de ellos, según revelaron las pesquisas, tenía como única función la de actuar como vehículo lanzadera, alertando al otro de cualquier control policial mediante un walkie talkie.
Esta táctica, más propia de redes organizadas, permitió a los agentes trazar un patrón de actuación claro, que culminó con la interceptación simultánea de ambos coches.
Tecnología de visión térmica y nocturna
Durante la inspección de los vehículos, los agentes localizaron en el primero monoculares de visión térmica y nocturna, así como otros materiales habitualmente usados por furtivos para localizar animales. En el segundo vehículo, la Guardia Civil descubrió la cabeza de un ciervo macho recién abatido, ropa de camuflaje y un pasamontañas, todos ellos supuestamente utilizados durante el episodio de furtivismo.
Según ha detallado el Instituto Armado, uno de los investigados, residente en Las Navas de la Concepción, sería un profundo conocedor del terreno y habría ejercido de guía, facilitando la localización de ejemplares con alto valor. Todo indica que también participó en la planificación de la incursión y en la posterior extracción del trofeo.
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La investigación concluyó con la puesta a disposición judicial de los dos implicados, vecinos de Las Navas de la Concepción y Gerena, así como del material intervenido y el trofeo cinegético incautado. Ambos están siendo investigados por un delito contra la fauna y la flora, tipificado en el Código Penal, que contempla penas de prisión y multas económicas.
