En una reciente jornada de caza en la sierra, Jerónimo Cuesta vivió un momento que quedará grabado en su memoria y en su cámara. Un jabalí a la carrera fue el protagonista de su último lance, un instante que Cuesta logró capturar en vídeo, permitiéndole compartir la experiencia con su comunidad de seguidores.
Cuesta se siente afortunado de poder practicar la caza de una manera tan libre, pero esta libertad también le lleva a reflexionar sobre lo que vendrá más adelante. «Me preocupa su futuro», confiesa en cuanto a la actividad cinegética, y es por eso que dedica tiempo a pensar en la imagen y el mensaje que los cazadores proyectan al resto de la sociedad.
Nuestro deber como depredadores
Para Cuesta, la caza es una parte integral de la naturaleza, una actividad que conecta a todas las especies. «¿Por qué el hombre debe desentenderse de las reglas que la madre natura impuso en este nuestro mundo?», se pregunta. Considera que es una irresponsabilidad con consecuencias fatales no ejercer nuestro deber como depredadores sobre otras especies.
Sin embargo, Cuesta también subraya que no todo vale en la caza. «El título de cazador no viene implícito en el permiso de armas», afirma. Para él, saber elegir el animal correcto a disparar requiere mucho conocimiento, muchas horas de estudio y, sobre todo, muchos indultos. Este es el tipo de cazador que Cuesta aspira a ser y representar.
Reconocimiento, honor y respeto
En la era de las redes sociales, Cuesta lamenta que parece que todo vale con tal de postear una nueva foto. «Siempre he creído que nuestro peor enemigo lo tenemos dentro y que la autocrítica es el camino a seguir», reflexiona. Para él, la caza debe practicarse con reconocimiento, honor y respeto.
Agradecido por el apoyo de su comunidad, Cuesta espera que disfruten del vídeo que ha compartido. «Gracias a todos por vuestro apoyo», concluye, enviando un fuerte abrazo a sus seguidores.
Jerónimo Cuesta nos recuerda con esta nueva filmación que la caza es más que una actividad; es una responsabilidad y un compromiso con la naturaleza y con nosotros mismos. Su mensaje es claro: la caza debe practicarse con ética y respeto, siempre conscientes del impacto que nuestras acciones tienen en el entorno natural y la sociedad.
