La recta final del verano quedará grabada para siempre en la memoria de Yolanda Collados, una joven cazadora granadina que, acompañada por su pareja, vivió una experiencia inolvidable en tierras jiennenses. Lo que podría haber sido una jornada más de rececho se transformó en un recuerdo único gracias a la inesperada irrupción de la berrea y al encuentro con un precioso ciervo de cuernas simétricas que la llenó por completo.
La cazadora relata que la jornada estuvo marcada por la abundancia de fauna. Durante horas observó una gran cantidad de animales, hasta que apareció el venado que cumplía con sus expectativas. «La cacería se desarrolló muy bien, vi una cantidad impresionante de animales hasta que di con el venado que a mí me llenaba, un venado simétrico muy bonito», explica.

Un disparo certero a 200 metros
El momento decisivo llegó cuando el animal se situó a unos 200 metros de distancia. Con calma y precisión, Yolanda apuntó y ejecutó un disparo limpio que hizo caer al ciervo en el acto. «El lance lo hice a unos 200 metros, y cayó en el sitio», recuerda con satisfacción. La escena estuvo cargada de emoción, no solo por el resultado, sino también por la compañía de Javier, su pareja, quien compartió con ella la alegría del momento.

Para Yolanda, la caza no es únicamente la consecución de un trofeo, sino la vivencia completa: la preparación, la observación paciente y el instante en que todo encaja. Esa mezcla de naturaleza, silencio roto por el bramido de los ciervos y complicidad con quienes la acompañan, fue lo que convirtió la jornada en algo «muy especial».

La sorpresa de la berrea temprana
Uno de los detalles que más llamó la atención de la joven fue la intensidad de la berrea en una fecha tan temprana. «No esperaba escuchar ya la berrea y en aquella zona ¡casi estaban a tope! Algo que me impresionó bastante», confiesa. Ese potente bramido, que marca el inicio del celo del ciervo, añadió un componente épico al lance, envolviendo la escena en una atmósfera difícil de olvidar.
El venado, con una llamativa cuerna de 14 puntas, simboliza para ella mucho más que un trofeo. Representa la recompensa a la paciencia, la emoción compartida y la certeza de haber estado en el lugar adecuado en el momento justo.
Lances para recordar
No es la primera vez que Yolanda se convierte en protagonista de un lance memorable. Hace apenas unos meses fue noticia en Jara y Sedal tras abatir en Soria un corzo espectacular que sorprendió a todos por su tamaño y morfología. Aquella experiencia la consolidó como una joven cazadora con una trayectoria marcada por la pasión y la constancia.

Hoy, con este ciervo jiennense, suma un nuevo capítulo a su historia cinegética, en la que la emoción, la compañía y el respeto por la naturaleza siempre ocupan el lugar que merecen.








