El otoño trae consigo la recolección del maíz y, con ella, escenas tan sorprendentes como la que se vivió en un maizal donde se escondía un gran jabalí. Mientras el agricultor apuraba las últimas pasadas de la cosechadora, el animal permanecía agazapado en el interior de lo que había sido hasta ese momento un encame perfecto. Lo que parecía una jornada agrícola rutinaria terminó convirtiéndose en una muestra más de la estrecha relación entre campo y fauna silvestre.
El operativo contaba con la participación de una empresa especializada en el control de daños agrícolas ocasionados por especies cinegéticas. Con la ayuda de un dron de vigilancia, se rastreaba el terreno en busca de posibles animales escondidos entre las hileras de maíz, una práctica cada vez más habitual para evitar accidentes y sorpresas durante las labores de recolección.
Un dron que cambia la escena
La cámara aérea fue clave para localizar al jabalí. El aparato realizó varias pasadas sobre la zona más espesa del maizal hasta que el animal, nervioso por la presencia de la cosechadora y el insistente zumbido en el cielo, terminó por salir de su escondite. La escena muestra cómo el suido arranca con fuerza, desplegando toda su potencia en una carrera frenética para salvarse.
El vídeo también refleja cómo la velocidad del animal sorprende a uno de los operarios que recorrían el campo a pie. El jabalí llegó incluso a cruzarse en su camino antes de escapar hacia una zona segura. Todo ello mientras el agricultor continuaba con su trabajo, consciente de que estas estampas son parte de la vida en el campo.
Jabalíes y agricultura
El maíz es uno de los cultivos preferidos por los jabalíes. La densidad y altura de las plantas les ofrecen un encame perfecto para pasar desapercibidos durante semanas. Sin embargo, la cosecha supone un momento crítico para ellos: el ruido de la maquinaria y la desaparición de la cobertura vegetal los obliga a desplazarse en busca de nuevos refugios.
Este tipo de encuentros ponen de relieve la dificultad de compatibilizar las labores agrícolas con la presencia de fauna salvaje. Aunque en esta ocasión el animal logró huir sin incidentes, no siempre sucede así, y los daños al cultivo pueden ser cuantiosos. De ahí la creciente implantación de métodos de apoyo tecnológico, como drones o equipos de rastreo, que permiten anticiparse a este tipo de situaciones.









