Las siguientes se han hecho virales en redes sociales por la espectacularidad del momento filmado: un agricultor trabajaba con su cosechadora en un maizal cuando, de repente y, ante su sorpresa, una enorme piara de jabalíes emerge del cultivo para escapar a toda prisa. En cuestión de segundos, más de cincuenta animales irrumpieron en el campo abierto, dejando atónito al conductor.
El vídeo, difundido en TikTok, muestra cómo los animales habían encontrado refugio en el interior de la plantación, oculta hasta que la máquina agrícola irrumpió en el lugar. La piara, compuesta por numerosos ejemplares jóvenes y varias hembras, se dispersó rápidamente por la linde del terreno, buscando un nuevo escondite.
Un refugio perfecto en el maíz
El maíz ofrece el perfecto encame para el jabalí. La densidad de las plantas y la abundancia de comida hacen de estos cultivos un lugar idóneo para que las piaras pasen desapercibidas durante semanas. Allí encuentran cobijo y alimento constante, lo que multiplica su presencia en zonas agrícolas.
Los agricultores denuncian que este comportamiento ocasiona cada campaña importantes pérdidas económicas. El jabalí, además de alimentarse de la planta, suele aplanar grandes extensiones al moverse en grupo, lo que agrava los daños. La escena del vídeo es solo la cara visible de un problema mucho mayor que se repite en muchas regiones.
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El problema de los daños agrícolas
Más allá de la espectacularidad del vídeo, el fondo es preocupante. El incremento poblacional del jabalí en Europa y en España ha disparado los conflictos con el campo. Sus daños en el maíz, los girasoles o las viñas se cuentan por millones de euros cada año y han llevado a agricultores y cazadores a reclamar soluciones más firmes.
La caza es, en este contexto, una herramienta imprescindible de control poblacional. Sin la presión cinegética, la especie seguiría expandiéndose sin freno, provocando más accidentes de tráfico, más incursiones en núcleos urbanos y mayores perjuicios en la agricultura.
Escenas habituales en España
Aunque el vídeo que circula en redes sociales no fue grabado en nuestro país, escenas similares se repiten cada verano y otoño en los campos españoles. Con la llegada de la cosecha, las máquinas agrícolas destapan auténticas piaras ocultas en los cultivos, generando estampas tan impresionantes como la difundida estos días.
La imagen de un campo de maíz convertido en improvisado escondite de medio centenar de suidos es, sin duda, un ejemplo más de cómo la gestión del jabalí se ha convertido en un reto ineludible para el mundo rural.
