Un problema que está afectando, y mucho, a gran parte del territorio de España es la sobrepoblación de jabalíes. Sus consecuencias no solo se limitan a los daños que causan a las tierras de los agricultores o al peligro que suponen para la seguridad vial, sino que también pueden llegar a transmitirnos enfermedades, como es el caso de la triquinelosis.
Se encuentra dentro de las zoonosis, o lo que es lo mismo, las enfermedades de los animales que pueden afectar a los seres humanos. Dentro de esta denominación, se clasifica más concretamente en las graves y la provocan nemátodos parasitarios del género Trichinella.
La triquinelosis, también conocida como triquinosis, la padecen, principalmente, mamíferos silvestres y domésticos, sobre todo jabalíes, cerdos domésticos, cerdos asilvestrados o híbridos.
Estos son sus síntomas
Es muy útil conocer la sintomatología que causa esta enfermedad para poder actuar cuanto antes frente a ella. Su manifestación puede variar mucho dependiendo de la persona que la padezca. Esto puede ser diferente en función de la sensibilidad del individuo, su estado inmunitario o la cantidad de larvas de triquina que ha ingerido.
Cabe la posibilidad de que se presente sin ningún tipo de síntomas. A pesar de esto, también puede provocar dolor de cabeza, fiebre, hinchazón de párpados, sudoración profusa, diarrea, dolores musculares, postración y cansancio. Incluso, puede dar lugar a cuadros severos o la muerte, en casos muy graves.
Así se transmite la triquinelosis de los jabalíes
Teniendo en cuenta la numerosa población de jabalíes que habitan nuestro país, también es importante tener conocimiento de cómo se puede transmitir la triquinelosis. La fuente de infección principal para los humanos es el consumo de carne y productos cárnicos crudos o que no se han cocinado lo suficiente, procedentes de un jabalí infectado.
Al ingerir las larvas de una especie de gusano llamada Trichinella, esta enfermedad entra en nuestro organismo y actúa de la forma que muestra la infografía que podemos ver a continuación.
Por lo tanto, debemos tener especial cuidado con los jabalíes cazados para autoconsumo o con cerdos sacrificados en matanzas domiciliarias y realizar siempre un análisis de triquina en nuestro centro veterinario de referencia.