La escena se ha vuelto viral en redes. En el vídeo compartido por la cuenta de Instagram @bowhuntbros, un helicóptero sobrevuela un terreno escarpado y levanta en el aire a un imponente ciervo recién abatido. El animal, de gran envergadura y una cuerna descomunal, es transportado colgado de un cable desde una zona donde resultaba imposible sacarlo a pie.
Las imágenes, que acumulan miles de visualizaciones, abren un interesante debate entre los aficionados a la caza y la gestión de fauna. El propio vídeo plantea la pregunta que divide opiniones: «¿Genio o trampa?».
Dificultad para cobrar un ejemplar de estas dimensiones
El ciervo rojo (Cervus elaphus) es uno de los animales más corpulentos de la fauna europea. Un macho adulto puede superar fácilmente los 200 kilos de peso, una cifra que convierte su transporte en un auténtico desafío cuando el terreno es abrupto o boscoso.
A ello se suma la magnitud de su cuerna, símbolo de fuerza y madurez, que en los grandes ejemplares alcanza proporciones extraordinarias. Este tipo de trofeos, que requieren años de desarrollo en condiciones óptimas, suelen encontrarse en zonas muy remotas y difíciles de transitar.
Por eso, para muchos cazadores, el uso de medios mecánicos como el helicóptero no supone una falta de ética, sino una solución lógica ante la imposibilidad de cobrar la pieza por otros medios. Lo verdaderamente reprochable, coinciden la mayoría, sería abandonar el animal en el monte, desaprovechando su carne y su valor natural.
Ética, respeto y aprovechamiento de la carne
La ética cinegética pasa por aprovechar las piezas abatidas. No se trata solo de una cuestión moral, sino también sanitaria y medioambiental. La carne de caza es un alimento natural, libre de antibióticos y con un alto valor nutritivo, rica en proteínas y baja en grasa.
Antes de su consumo, debe pasar por un control veterinario que garantice su seguridad. Una gestión responsable del recurso cinegético no termina con el disparo, sino que continúa con el respeto al animal y con la correcta manipulación y distribución de su carne.
En este sentido, el vídeo del helicóptero no solo muestra una escena llamativa, sino también una reflexión sobre la responsabilidad que implica cada lance. La tecnología, al servicio de la ética y la sostenibilidad, puede ser una aliada cuando se utiliza con sentido común.








