El debate generado por Bèstia, el primer largometraje documental de Helena Garza, sigue creciendo. La joven fotógrafa barcelonesa, vegana y conocida por su activismo animalista, ha publicado un nuevo vídeo en Instagram para aclarar el sentido de su obra, después de recibir una avalancha de comentarios negativos. En él defiende que su trabajo no busca justificar la caza, sino retratar la complejidad humana que hay detrás de quienes la practican.
Garza asegura que Bèstia es un proyecto «crudo y natural», donde muestra la vida de tres cazadores de un pequeño pueblo rural. «No estoy haciendo un reportaje que busca blanquear la caza», explica. «Estoy haciendo un documental antropológico, donde muestro, de manera cruda y natural, la realidad de tres cazadores».
La autora reconoce que parte del público la ha atacado precisamente por su condición de vegana. «Es un arquetipo políticamente incorrecto», señala. «Y por eso mucha gente me está odiando tanto, sobre todo porque soy vegana».
Un documental sobre las contradicciones humanas
En su vídeo, Helena Garza defiende la ambigüedad como valor artístico y social. Rechaza los discursos extremos y afirma que su objetivo es mostrar cómo lo humano está lleno de matices. «Muestro la parte más visceral y más primitiva del ser humano», afirma, «pero también su parte más vulnerable. Enseño cómo dos opuestos pueden formar parte de lo mismo: el ser humano».
La fotógrafa considera que el problema no está en el tema de la caza, sino en la forma en que las redes sociales reducen el debate a bandos irreconciliables. «Se han polarizado mucho las opiniones sobre lo que va el documental. O blanco o negro. Y tío, yo busco justo lo contrario. Mostrar de manera ambigua y compleja las contradicciones que forman parte de nuestra especie».
Garza rechaza además la idea de tener que justificarse ante quienes la acusan de haber traicionado sus principios. «Si hago un documental en el que no estoy cada segundo funando a los cazadores, se da por hecho que estoy a favor de la caza. Y obviamente sigo estando en contra. Yo no tengo que demostrar nada», subraya.
«Bèstia es una pieza incómoda, como el arte mismo»
El proyecto, que actualmente se encuentra en fase de postproducción de sonido, promete generar nuevas conversaciones en torno a la relación del ser humano con la naturaleza y con la muerte. Garza lo define como una obra «incómoda, provocativa, como el arte mismo». «Con estos reels solo quiero dar a conocer mi documental», aclara. «Bèstia es una pieza incómoda, provocativa, como el arte mismo, vamos».
La autora admite que sabía que los vídeos iban a despertar rechazo. «Sabía que iba a estar expuesta a todo esto», reconoce. «No buscaba hacer un documental sobre cazadores, simplemente surgió la oportunidad de manera random y no iba a negarme a ella».
En publicaciones anteriores, Garza ya había reconocido que su experiencia conviviendo con cazadores durante un año transformó su percepción inicial sobre ellos. «Algunos respetan más a los animales que la mayoría», llegó a escribir en septiembre, cuando presentó las primeras imágenes del proyecto.
Un debate que trasciende la caza
Con Bèstia, Garza busca abrir un espacio de reflexión sobre las contradicciones morales y las identidades contemporáneas. «Los que conozcáis mi obra sabéis que me gusta explorar universos fuera de la normalidad», dice. «Espero que podáis ver Bèstia pronto», concluye con ironía.
Su postura ha dividido a la comunidad animalista, pero también ha despertado el interés de quienes ven en su trabajo una mirada más honesta sobre el mundo rural. En sus palabras, no pretende convencer a nadie, solo mostrar sin juzgar. Y quizá ahí reside la fuerza de su documental.








