El deber de cuidar de la naturaleza y del espacio que nos rodea debería ser responsabilidad de toda la sociedad, aunque a veces parezca que cueste recordarlo. En este sentido, nunca viene mal una lección de civismo que conciencie sobre la importancia de no dejar basura tirada en las zonas que visitamos.

De eso se ha encargado Joan María Vendrell, guarda del refugio de Góriz, en Huesca. El desencadenante fue algo tan simple como una vieja lata de cerveza que encontró escondida entre piedras. En concreto, esto sucedió en las faldas del Tobacor, un pico de 2.700 metros situado en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

«Me la llevé al refugio. Era bastante vieja e incluso la limpié para ver si podía averiguar de qué época era. Salió la fecha, con una caducidad de 1975. Me hizo gracia, pero al mismo tiempo me dio pena y pensé en utilizarla para concienciar a la gente porque esa lata ha estado en Ordesa casi 50 años», cuenta el guarda.

A pesar de haber transcurrido tanto tiempo y haber sido víctima de las condiciones meteorológicas adversas propias de zonas de tanta altitud, el residuo apenas presentaba señal alguna de deterioro. De hecho, su dibujo exterior lucía prácticamente intacto.

Las redes sociales como herramienta de concienciación

Ante esta situación, Vendrell decidió utilizar las redes sociales del refugio para crear conciencia de un problema que no muestra atisbo alguno de desaparecer, como es la presencia de basura en la naturaleza.

«¡Trata de no ser recordado como un cerd@ 47 años después de tus actos! La basura no se la lleva el viento, ni la lluvia, ni la nieve… permanecerá allí para siempre, en la montaña, como tu mala conciencia», denunció.

Sin darse por vencido, quiso explicar que «a estos sitios no viene el camión de la basura a recoger nada, ni hay barrenderos. Lo que dejas ahí se queda ahí».

¿Cómo retiran la basura presente en la naturaleza en este tipo de refugios?

Al encontrarse ubicados a tanta altura, estos refugios llevan a cabo su propia gestión de los residuos. En estos términos, su retirada supone un coste considerable puesto que tienen que bajarlos en helicóptero.

Esto explica el por qué de la gran insistencia para que los montañeros suban con sus propias mochilas y se lleven en ellas la basura que generen durante su estancia. De no ser así, y tal y como ha recordado Vendrell, siempre es mejor opción que la dejen en el refugio antes que tirarla en el monte.

La publicación del guarda parece haber dado parte de sus frutos. En ella, los usuarios de las redes sociales ya han dejado decenas de comentarios en apoyo a su iniciativa. Uno de ellos cuenta que, cuando empezó a salir en 1972, en los cursillos de iniciación a la alta montaña enseñaban que, con la basura, «se hacía un hoyo y se enterraba».

De igual forma, también quiso dejar constancia de que «fue en el refugio francés de Pombie donde por primera vez me entregaron una bolsa y me dijeron que la basura mejor para mi casa. Fue una sorpresa, no estábamos acostumbrados. Por muy lógico que parezca ahora, antes es lo que nos enseñaban».

Sin duda, esta lucha será mucho más fácil de ganar si cuenta con el apoyo de las máximas personas posibles y de esto las redes sociales saben bastante.