El Real Decreto 1053/2022, de 27 de diciembre, establece que las explotaciones bovinas situadas en zonas de alta incidencia de enfermedades o con un contacto frecuente con la fauna salvaje deberán adoptar estas medidas. La disposición tiene como finalidad mejorar la bioseguridad en las granjas y evitar la transmisión de patologías entre especies, una preocupación creciente entre los ganaderos y las autoridades sanitarias.

Una medida para mejorar la bioseguridad

El Ministerio de Agricultura ya dio a conocer esta nueva normativa a través de una ficha informativa publicada en su página web. En ella se especifica que el artículo 6.1.o) del decreto faculta a las autoridades para imponer la instalación de bebederos y comederos especiales en explotaciones ubicadas en zonas de alto riesgo.

Según este artículo, «en las explotaciones situadas en zonas de especial incidencia de enfermedades o con un contacto estrecho con la fauna silvestre, la autoridad competente podrá establecer la obligatoriedad de instalar bebederos y comederos diseñados específicamente para limitar el contacto entre las diferentes especies». Esto supone una regulación específica que podrá afectar a un gran número de explotaciones ganaderas en todo el país.

Los ganaderos han mostrado opiniones divididas respecto a esta medida. Mientras algunos consideran que puede ayudar a evitar brotes de enfermedades como la tuberculosis bovina, otros temen que la obligación de instalar estos dispositivos suponga un gasto adicional en un sector ya castigado por los costes de producción.

Cursos de formación obligatorios desde el pasado año

Además de las restricciones sobre bebederos y comederos, el Real Decreto también introduce una nueva exigencia en materia de formación para los trabajadores del sector. Desde enero de 2024, todos los ganaderos y empleados que trabajen con ganado vacuno deben realizar cursos de formación de al menos 20 horas. Solo podrán evitar esta obligación aquellos que acrediten al menos tres años de experiencia en el sector o que posean una titulación específica en materia ganadera.

Asimismo, se establece que cada cinco años los profesionales del sector deberán realizar un curso de actualización con una duración mínima de 10 horas. Con esta medida, el Gobierno busca garantizar que los ganaderos cuenten con los conocimientos necesarios para adaptarse a las nuevas normativas y afrontar los retos del sector.

Modificaciones en la normativa ganadera

En julio de 2023, el Consejo de Ministros aprobó una modificación del Real Decreto 1053/2022 con el objetivo de reforzar su seguridad jurídica y adaptarlo a las necesidades del sector. Sin embargo, estos cambios no afectan ni a la regulación sobre bebederos y comederos ni a la obligatoriedad de formación para los trabajadores.

Entre los aspectos modificados se encuentra la prohibición de determinados procedimientos y aparatos de manejo considerados perjudiciales para el bienestar de los animales. Además, se ha ratificado la tabla de equivalencias de Unidades de Ganado Mayor (UGM) con el fin de garantizar su coherencia con la normativa de la Política Agraria Común (PAC) y evitar discrepancias en la aplicación de las ayudas económicas al sector.

Estas medidas forman parte de un esfuerzo más amplio por parte del Gobierno para regular la ganadería y asegurar la sostenibilidad del sector, protegiendo tanto la sanidad animal como la rentabilidad de las explotaciones. Sin embargo, la aplicación de estas normativas, que ya están casi a la vuelta de la esquina, sigue generando debate entre los ganaderos, quienes deben afrontar los retos económicos y logísticos que implican estos cambios regulatorios. Las nuevas medidas entrarán en vigor el 6 de enero de 2026.

Sobre el autor