A través de una nota de prensa publicada en su página web, la FAC ha anunciado que «en el transcurso de una reunión celebrada el miércoles 22 de mayo en Sevilla, el presidente de la Federación Andaluza de Caza solicitó al consejero de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Ramón Fernández-Pacheco, quien además ahora ha asumido la responsabilidad al frente de Agricultura, que la Junta de Andalucía retrase, mediante una regulación específica, los periodos de siega y apueste por una medida que, según numerosos estudios científicos, no merma la producción agraria y resulta fundamental para garantizar la conservación de multitud de especies, como la perdiz, especialmente aves esteparias y ligadas a los hábitats agrarios».
«Los cazadores ya hacemos todo cuanto está en nuestra mano para frenar el declive de multitud de especies, como por ejemplo la perdiz: reducimos sus cupos de captura, llegando incluso a no cazarse en años malos de cría como la temporada pasada, aportamos alimentación suplementaria y agua y asumimos multitud de tareas y labores fundamentales; sin embargo, necesitamos que la Administración dé un paso decisivo y apueste por la conservación real, con medidas que no perjudiquen a sectores tan importantes como la agricultura, de la que nos sentimos aliados, pero que permitan frenar la situación de declive irreversible de la fauna menor», ha asegurado José María Mancheño, presidente de la Federación Andaluza de Caza.
Una desbrozadora mata a una perdiz en su nido en Córdoba
En los últimos días se ha hecho viral un vídeo grabado por un cazador en terrenos agrícolas de la provincia de Córdoba en el que se observa cómo el desbroce de la cubierta vegetal en esta época del año provoca importantísimos daños a la biodiversidad. En concreto, se observa cómo la desbrozadora acaba con la vida de una perdiz roja que incubaba una pollada de huevos en el nido que se encontraba refugiado en dicha cubierta.
Este video ilustra a la perfección la razón por la que los cazadores piden a la Junta de Andalucía que regule los períodos de siega en terrenos agrícolas retrasando su comienzo hasta junio para evitar así provocar un daño irreversible a la biodiversidad en plena época de nidificación y cría de multitud de especies, tanto cinegéticas como protegidas.