El mundo de la caza y la competición está de luto tras el fallecimiento el pasado viernes 10 de enero de Julián Larrea a los 95 años. La Real Federación Española de Caza (RFEC) ha expresado su pesar en su perfil oficial de Facebook: «Hoy hemos conocido el fallecimiento de Julián Larrea (…), el que fuera el primer campeón de España de Caza Menor con Perro (1968), sin duda un referente que durante toda su trayectoria ha honrado nuestra prueba más laureada. Desde la RFEC queremos trasladar nuestro más sentido pésame a familiares y amigos. Descanse en paz».

Nacido en noviembre de 1929 en Trapagaran, en el barrio de Ugarte, Larrea fue una figura destacada no solo en la caza, sino también en el deporte rural vasco. Fue once veces campeón de Bizkaia y tres veces campeón de Euskadi en la categoría de tronza. Su pasión por el deporte fue transmitida a su hijo Amando y a su nieto Julen, actual campeón de Bizkaia por pareja de aizkora. Además, Larrea impulsó una escuela de deporte rural vasco, que desde 2019 se ha relanzado en el barrio baracaldés de Gorostiza, donde se mudó tras casarse con Águeda, su mujer.

Larrea también destacó en la competición con hacha, ganando varios campeonatos de Bizkaia.

Artesano de la madera, apicultor y amante de la naturaleza

Además de su faceta deportiva, Larrea era un artesano de la madera. Cada año, durante la celebración de Olentzero en Gorostiza, donaba numeroso mobiliario y enseres de su caserío, contribuyendo a que esta recepción sea una de las más auténticas de la zona. Su amor por la naturaleza y las abejas también era conocido, ya que poseía varias colmenas y llevaba años luchando incansablemente contra las avispas asiáticas.

El Ayuntamiento ha expresado su cariño y condolencias a la familia y allegados de Julián, describiéndolo como un «aizkolari y barakaldes de ‘pro’». El Consistorio ha querido recordar la gran labor realizada por este querido vecino, quien llegó a ser pregonero de las fiestas patronales. Su trayectoria le valió el Premio ‘Jolín’ en 2020, en reconocimiento a sus logros deportivos y, sobre todo, a su humildad y humanismo.

La pérdida de Julián Larrea deja un vacío en el mundo de la caza y el deporte rural vasco. Su legado perdurará a través de las generaciones que inspiró y las contribuciones que hizo a su comunidad.

Descanse en paz.

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