En las últimas horas se ha hecho viral el vídeo en el que se ve cómo un hombre levanta unos bidones cortados a la mitad y de él salen decenas de conejos. Se trata de un artilugio para ayudarlos a aclimatarse durante la repoblación, pero los expertos advierten: no es buena idea.
En las últimas horas se ha vuelto viral en las redes sociales un vídeo que muestra cómo un hombre levanta varios bidones de plástico en los que están encerrados los conejos para que éstos se refugien. La escena se produce dentro de un coot o zona de aclimatación, que es un lugar –cerrado y de grandes dimensiones– donde se sueltan los conejos que se llevan a un terreno para repoblar. Su misión es que los nuevos inquilinos de la zona se acostumbren y estén protegidos de los depredadores unos días antes de liberarlos.
A pesar de la buena intención del hombre, el doctor en veterinaria Carlos Díez, miembro de Ciencia y Caza, asegura a Jara y Sedal que la densidad de conejo que aparece en el vídeo es muy elevada, «por lo que mantenerlos ahí por muchos días provocaría ataques entre ellos».
Díez, que es miembro de la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León y experto en la cría de conejos, lamenta que este tipo de imágenes «pueda llevar a engaño a cazadores que piensen que estos conejos podrían refugiarse o criar ahí, puesto que no, sino que se trata de una zona de aclimatación antes de liberarlos en el coto».
Tantos conejos en un espacio tan pequeño es problemático
El experto asegura: «Es verdad que los conejos no necesitan demasiado para sobrevivir, pero puedo asegurar que en mi caso particular, que tuve una granja en extensivo, creo que la de la imagen es una densidad muy excesiva para que los animales estén ahí mucho tiempo. Podrían morderse entre ellos y acabarían con lesiones, muertes, machos castrados…».
Al ver el vídeo, Carlos Díez afirma que no deben llevar mucho tiempo liberados y que puede haber sido grabado nada más soltarlos: «Esos conejos están demasiado sanos y enteros, pero si los mantienen ahí y no tienen más refugio que los bidones y los palés acabarán lesionándose», añade Díez.
¿Cómo lo hacen los expertos?
Sobre los bidones cortados, Díez declara que «a mí el plástico nunca me ha gustado mucho, es mejor hacerles resguardos con palés». La densidad que se muestra en el vídeo tampoco es recomendable: «En mi granja yo hacía varios cercados pequeños con grupos de unos cuarenta animales para ir abriéndoles el sitio gradualmente. Primero los dejaba unos días para que se acostumbrasen al terreno y asentasen las jerarquías, y a partir de ahí los animales iban saliendo por su cuenta y volviendo a entrar».
Por último, y también a nivel personal, confiesa que «la gente que vende estos milagros a mí me genera inseguridad, a pesar de que lo hacen con toda la buena voluntad. A corto plazo da buena sensación, pero hay que ver cómo evoluciona el tema en un periodo largo de tiempo», defiende Díez.