Un nuevo estudio, publicado por la European Journal of Wildlife Research, ha ofrecido un nuevo enfoque acerca de esos lobos que tanto daño vienen generando durante los últimos años en buena parte del mundo rural de nuestro país. En concreto, el trabajo se centra en cómo las águilas reales atacan a los cachorros de esta especie.

Esto surge con la iniciativa de investigar las relaciones existentes entre los depredadores que habitan en los mismos ecosistemas. La superdepredación es la muerte de los depredadores ápice por otras especies de la misma catalogación y esto es justo lo que muestra el estudio al que nos referimos.

En primer lugar los investigadores han matizado que no se trata de algo «infrecuente». Asimismo, han detallado que, en la mayoría de los casos, «las especies más grandes depredan a las más pequeñas y las especies gregarias a las solitarias».

La convivencia de dos grandes depredadores

Lobos ibéricos.
Lobos ibéricos. © Shutterstock

«Los lobos (Canis lupus) y las águilas reales (Aquila chrysaetos) son los dos depredadores terrestres ápice con la distribución más amplia del mundo, compartiendo grandes partes de sus áreas de distribución desde Alaska y Canadá, en Norteamérica, hasta todo el Paleártico en Eurasia», han introducido en cuanto a las dos especies.

Por lo tanto, han concretado que ambos las águilas comparten con los lobos, «el 80% de su área de distribución», mientras que a la inversa ese porcentaje es del 62%. «Los lobos pueden ser matados por unas pocas especies, como los osos pardos, pumas o tigres, mientras que su consumo parece ser excepcional, excepto por sus propios congéneres», han destacado.

«Por otro lado, la depredación de las águilas reales sobre grandes carnívoros se ha registrado con poca frecuencia, es decir, una depredación exitosa de un osezno pardo en Noruega y unos pocos registros de águilas reales atacando a oseznos pardos», han añadido los investigadores.

En cambio, también han puntualizado que no han encontrado «ni un solo caso» de lobos adultos o jóvenes depredados por águilas reales en libertad y solo un caso de consumo de un cachorro de lobo, a pesar de la extensa literatura que describe la dieta de las águilas».

Una investigación realizada en España

Para llevar a cabo este estudio llevaron a cabo cuatro observaciones de campo que tuvieron lugar en el norte de la Península Ibérica, incluyendo la Cordillera Cantábrica y la Meseta Norte, situadas en las regiones biogeográficas Eurosiberiana y Mediterránea, respectivamente.

Esas cuatro zonas se encontraban situadas en Fuentes del Narcea, en Asturias; Montes Torozos, en Valladolid; Parque natural de Montaña Palentina, en Palencia; y en el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, también en Asturias. En cada una de ellas, excepto a la última ubicada en terreno asturiano, se encontraron con una escena en la que un águila real estaba atacando, o ya lo había hecho, a un cachorro de lobo.


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Las observaciones realizadas han llevado a los autores a concluir sugiriendo que «la posibilidad de depredación real de cachorros de lobo por águilas en este tipo de eventos es plausible».

«Los zorros se citan como presas frecuentes en estudios sobre la dieta de las águilas reales en todo el mundo, también en la Cordillera Cantábrica. Dado que los cachorros de lobo son, hasta cierto punto similares en tamaño a los zorros adultos, parece plausible que las águilas reales vean a los cachorros de lobo como un recurso alimenticio real, al menos en algunas áreas y circunstancias. La depredación por águilas puede ser una causa ignorada de mortalidad de lobos en esta etapa de su crecimiento», han añadido respecto a los hallazgos conseguidos con el estudio.

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