El Plan Integral de Recuperación de la Tórtola Europea en Extremadura (PIRTE), desarrollado por la Fundación Artemisan en colaboración con la Federación Extremeña de Caza y el apoyo de la Junta de Extremadura, ha marcado un hito en la recuperación de esta especie, cuya caza se encuentra suspendida desde 2021. Este programa, iniciado en 2019, ha permitido avances significativos tanto en el conocimiento de la tórtola como en su conservación, y establece las bases para una posible reanudación de su caza con limitaciones en el futuro.

Uno de los ejes principales del PIRTE ha sido involucrar a cazadores y gestores en el monitoreo de la especie. En este contexto, se han llevado a cabo más de 700 censos anuales en un centenar de cotos mediante transectos y estaciones de escucha realizadas por técnicos especializados. Paralelamente, se han promovido prácticas de gestión beneficiosas para la especie, tanto a través de cotos demostrativos como mediante el análisis de acciones llevadas a cabo en otros terrenos cinegéticos de la región.

Cuatro años de trabajo para levantar la moratoria

Desde 2021, la Junta de Extremadura ha implementado un plan de gestión adaptativa orientado a preparar el levantamiento de la moratoria para 2025. Este plan exige a los cotos que quieran aprovechar la especie que demuestren la implementación de medidas como aportes de agua, alimento, y manejo agrícola y forestal. Además, esta gestión se complementa con el uso del Precinto Digital de Caza, herramienta desarrollada por la Fundación Artemisan y el Ministerio de Agricultura, cuya eficacia ha quedado demostrada en pruebas piloto realizadas dentro del PIRTE.

Tórtola común.
Tórtola común. © Shutterstock

Aunque la mayoría de los cotos ya aplican medidas de gestión como el aporte de agua y alimento, las acciones agrícolas y forestales son menos comunes debido a las dificultades asociadas a la propiedad de las tierras. Sin embargo, los resultados preliminares indican que los cotos que aplican estas prácticas albergan mayores densidades de tórtolas, lo que subraya la necesidad de apoyar a los gestores para implementar estas medidas de manera más generalizada.

El PIRTE también ha incluido pruebas experimentales de caza adaptativa, autorizadas por la Junta en un número limitado de cotos que cumplían con los requisitos establecidos. Estas pruebas, con cupos restringidos y el uso obligatorio del Precinto Digital, han permitido a cazadores y gestores familiarizarse con herramientas y procesos clave para un futuro aprovechamiento sostenible.

Avances en el estudio de la tórtola gracias a los cazadores

Por otro lado, el proyecto ha avanzado en el estudio de la biología y ecología de la tórtola mediante técnicas como el anillamiento y la colocación de dispositivos GPS. Estas investigaciones, realizadas en colaboración con la Universidad de Extremadura, han revelado comportamientos como la fidelidad de las tórtolas a sus lugares de nacimiento y el uso territorial limitado de las juveniles.

Para Carlos Sánchez, coordinador adjunto de Investigación de Fundación Artemisan, el proyecto PIRTE «ha supuesto un gran avance en el conocimiento científico y práctico de la tórtola y ha servido para demostrar que los cotos cuentan con las herramientas exigidas por la Comisión Europea para recuperar la caza de la tórtola y que se levante su moratoria».

Por su parte, el presidente de la Federación Extremeña de Caza, José María Gallardo, ha señalado que PIRTE «ha sido un ejemplo de colaboración entre administración, cazadores, gestores y organizaciones del sector que ha demostrado que es posible recuperar una especie que estaba en una situación complicada, algo que puede extenderse a otras especies y a otros territorios».

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