El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España ha emitido una advertencia sobre la posible llegada de una nueva enfermedad que afecta al ganado bovino desde el norte de África. Esta alerta se basa en un informe de la Comisión Europea de la FAO para la lucha frente a la fiebre aftosa (EuFMD), que señala un aumento del riesgo de entrada de la dermatosis nodular contagiosa (DNC) en la Unión Europea, y específicamente en España.

La dermatosis nodular contagiosa es una enfermedad viral que afecta exclusivamente al ganado bovino. Es causada por un virus de la familia Poxviridae, género Capripoxvirus, y se transmite principalmente a través de insectos como tábanos, moscas y mosquitos, que actúan como vectores mecánicos entre animales infectados y sanos. Aunque la transmisión directa por contacto entre animales enfermos y sanos es posible, es menos efectiva.

Los síntomas de la DNC en el ganado bovino incluyen fiebre, abatimiento, anorexia, salivación excesiva, secreción óculo-nasal, agalaxia y pérdida de peso. La característica más distintiva de la enfermedad es la aparición de lesiones en la piel en forma de nódulos y tumefacciones, que se necrosan y suelen infectarse secundariamente, formando lesiones supurativas que se secan y dejan costras gruesas. Estas costras pueden contener el virus viable durante varios meses, y los animales que sobreviven a la enfermedad suelen quedar con calvas. No obstante la mortalidad no suele superar el 10% de los animales afectados.


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La DNC está incluida en la lista de Enfermedades de Declaración Obligatoria de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y en la normativa europea, categorizada como A+D+E según el Reglamento de Ejecución (UE) 2018/1882 de la Comisión. Esta categorización implica la aplicación de normas estrictas de prevención y control para evitar la propagación de la enfermedad.

¿Qué consecuencias tendría su entrada en España?

Aunque la DNC no es una enfermedad zoonósica, es decir, no afecta a los humanos, su entrada en España tendría consecuencias significativas. El Ministerio de Agricultura advierte que la incursión de esta enfermedad en un país previamente libre como España tendría un impacto negativo considerable. Las pérdidas directas incluirían la disminución de la producción y los costos asociados al control y erradicación de la enfermedad. Además, habría pérdidas indirectas debido a las repercusiones en el comercio de animales vivos y sus productos, con el previsible cierre de exportaciones hacia terceros países.

La Comisión Europea de la FAO para la lucha frente a la fiebre aftosa (EuFMD) emitió una alerta informativa el 11 de julio de 2024, dirigida a todos los estados miembros, sobre la diseminación de la enfermedad en el norte de África. Esta alerta destaca el incremento del riesgo de entrada de la enfermedad en la UE, especialmente en países cercanos a esta región, como España. Se ha informado de la presencia de la enfermedad en Libia desde finales de 2023, su expansión descontrolada en Argelia y la aparición de sospechas en Túnez, que están siendo investigadas.

Una mujer junto a una vaca en Marruecos. © Juan Antonio Orihuela / Shutterstock

La abundancia estacional de vectores en el norte de África, los posibles movimientos sin control de animales vivos y productos en algunos países del Magreb, la falta de disponibilidad de vacunas y la falta de recursos para el control efectivo de la enfermedad aumentan el riesgo de propagación del virus en la región. Esto incluye países hasta ahora libres de la enfermedad, como Túnez y Marruecos, lo que incrementa el riesgo de entrada en la UE y en España.

Para minimizar este riesgo, se enfatiza la importancia de aplicar medidas adecuadas de bioseguridad en las explotaciones de ganado bovino y en el transporte de animales vivos. Además, es crucial garantizar el buen funcionamiento de los sistemas de vigilancia pasiva para detectar tempranamente la enfermedad en caso de entrada en España. Es vital que todos los agentes relacionados con la producción bovina reconozcan los síntomas, observen a los animales con frecuencia y comuniquen cualquier indicio de la enfermedad a los Servicios Veterinarios Oficiales (SVO).