La agricultura y, en general, el mundo rural no está pasando precisamente por una buena situación en España. El futuro que le espera, según el propio sector, tampoco augura una mejora respecto a la actualidad. En este sentido se ha pronunciado Tomy Rohde, un agricultor muy conocido en las redes sociales por su cuenta de Twitter, en un discurso magistral en el que expone su preocupación por lo que le depara a la profesión.

Lo primero que hace es referirse a esos jóvenes que piensan dedicarse al sector primario y que deberían representar el relevo generacional. A ellos les asegura que, en cuanto a la gran inversión necesaria para empezar, la rentabilidad la conseguirán «en una media de 20 a 90 años».

«Encima vas a trabajar 12 horas al día, sin parar, te van a pagar cuatro perras, menos de 1.500 o 1.300 euros al mes», expone. Continúa añadiendo que esta cifra y la difícil conciliación familiar que provoca este tipo de trabajos darán lugar a que los estudiantes del futuro no elijan dedicarse a ellos.

El agricultor alude al problema de la educación

«El chaval quiere el iPhone 14 que cuesta mil y pico euros y sino me meto a funcionario que es lo que se lleva. Quien no quiera verlo es que está engañado. La media de edad sigue subiendo», continúa denunciando el agricultor.

El segundo problema, añade, es en lo referente a la educación. «Tenéis que tener en cuenta que la gente miente mucho. A mí me amenazaban diciéndome que si no valía para estudiar, me fuera a trabajar al campo», recuerda.

Asimismo, destaca que «si tú vas machacando a un chaval desde chiquitito con todas esas tesituras, cuando llega al final, ¿qué le vendes? A mí me preguntaron una vez: ¿tú recomendarías a los chavales meterse en agricultura?, y dije: yo sí. Aunque si fueras mi hermano te diría que no».

@tomtom_max

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«Yo te engaño para que te metas porque necesitamos un relevo generacional, pero para conseguirlo no podemos seguir haciendo lo que llevamos haciendo 70 años. Sabemos que no funciona, a no ser que nos dé igual. Lo que pasa es que vamos encaminados a eso y lo sabemos y nos da igual. Es una cosa que no tiene arreglo», concluye el agricultor su discurso.