La actuación se ha desarrollado en una finca del término municipal de Monesterio dedicada a la actividad cinegética, donde desde hacía meses se venían registrando incidentes graves. Daños en vehículos, robos y un riesgo evidente para cualquier persona que circulara por los caminos encendieron las alarmas y motivaron la intervención del SEPRONA.

Los hechos comenzaron a conocerse a principios de este año, cuando los agentes tuvieron constancia de los perjuicios reiterados que estaba sufriendo el propietario de la finca y de los daños ocasionados tanto a vehículos oficiales como al del guarda rural. La situación había llegado a un punto insostenible por la peligrosidad de los artefactos colocados de forma intencionada.

Los investigadores confirmaron pronto que no se trataba de hechos aislados ni accidentales. Al contrario, existía una clara voluntad de causar daños materiales y de entorpecer la celebración de monterías, generando un clima de intimidación constante en el coto.

Clavos artesanos para sabotear los caminos

Durante la inspección ocular realizada por los agentes, se localizaron numerosos clavos artesanos distribuidos estratégicamente por los caminos principales de la finca. Estos pinchos habían provocado reventones y averías de consideración en varios vehículos, incluidos los utilizados en labores de vigilancia.

La Guardia Civil determinó que los autores actuaban de manera premeditada, con pleno conocimiento del tránsito habitual por la finca. El riesgo no solo afectaba a los responsables del coto, sino a cualquier persona que accediera a la propiedad, aumentando la gravedad de los hechos investigados.

Este tipo de prácticas, habituales en entornos vinculados al furtivismo, buscan dificultar el control del territorio y evitar la presencia de guardas y organizadores, generando una situación de inseguridad permanente.

Vigilancia y detención de los sospechosos

Tras establecer varios dispositivos de vigilancia en colaboración con la Guardería Rural, los agentes interceptaron un vehículo sospechoso cuando abandonaba el coto. En su interior viajaban dos vecinos de Santa Olalla del Cala, ambos con antecedentes relacionados con actividades ilegales en el medio rural.

Durante la inspección del coche se localizó una bolsa con clavos artesanos idénticos a los encontrados en los caminos, así como ocho cámaras de fototrampeo cuya procedencia no pudieron justificar. Este hallazgo resultó clave para avanzar en la investigación.

El análisis posterior de las cámaras permitió confirmar que al menos tres habían sido instaladas previamente en la finca y sustraídas tras romper la valla perimetral, lo que reforzó la acusación por robo.

Diligencias judiciales y protección del medio rural

Con todas las pruebas recabadas, la Guardia Civil procedió a la detención de ambos individuos como presuntos autores de delitos de daños y robo. Las diligencias han sido remitidas al Juzgado de Instrucción de Zafra, que se hará cargo del procedimiento.

Desde el Instituto Armado han subrayado la importancia de este operativo para garantizar la seguridad de propietarios, trabajadores y usuarios de fincas rurales, así como para proteger el desarrollo legal de la actividad cinegética frente a conductas delictivas reiteradas.

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