Un estudio reciente publicado en Italia ha descubierto la presencia del parásito hepático Dicrocoelium dendriticum en corzos (Capreolus capreolus), proporcionando la primera evidencia de su infección en esta especie en el país. Este parásito, conocido por afectar tanto a animales domésticos como salvajes, puede transmitirse entre estas poblaciones, lo que podría tener implicaciones importantes para la salud animal y la producción ganadera.

La investigación se llevó a cabo entre 2021 y 2022, en la que se examinaron 265 hígados de corzo en busca de tremátodos hepáticos. Los investigadores recogieron datos detallados sobre cada animal, incluyendo la localización, el sexo, la edad y la estacionalidad de la captura. Los hígados fueron analizados para determinar la gravedad de las lesiones hepáticas, y se contabilizó el número de parásitos adultos. Los resultados muestran que un 19,6% de los corzos examinados estaban infectados por Dicrocoelium dendriticum, con una intensidad media de infección de 17,1 parásitos por animal.

Los corzos podrían actuar como reservorio

Este hallazgo es relevante, ya que la intensidad de infección en corzos fue significativamente menor que en rumiantes domésticos, lo que podría estar relacionado con las diferencias en los hábitos alimenticios de estas especies. Sin embargo, los investigadores advierten que los corzos podrían actuar como reservorios del parásito, favoreciendo indirectamente su transmisión al ganado con el que comparten hábitat. Este fenómeno plantea la necesidad de estudiar con mayor profundidad si estas interacciones pueden contribuir a la resistencia a tratamientos antihelmínticos en los animales domésticos.

El estudio subraya también la importancia de implementar medidas de control y monitoreo para mitigar el riesgo de transmisión entre animales salvajes y domésticos, y sugiere que el manejo de hábitats compartidos debe considerar los efectos potenciales en la salud animal y la economía agrícola.

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En España no se han detectado casos en corzos

Un estudio del año 2013 analizó la presencia del parásito hepático Fasciola hepatica en corzos y ganado vacuno que comparten hábitat en Galicia. La Fasciola hepatica, conocido como gusano del hígado, es un parásito con amplia distribución mundial que afecta a diversas especies, desde ganado hasta fauna silvestre. Sin embargo, existen pocos estudios sobre su impacto en animales salvajes, y esta investigación arroja luz sobre el riesgo de contagio real.

El estudio analizó 301 corzos y 676 vacas. Para detectar la exposición al parásito en corzos se emplearon dos pruebas de ELISA basadas en antígenos específicos de F. hepatica. Aunque no se encontraron huevos ni adultos del parásito en los hígados de los corzos, el 29% de estos animales presentó anticuerpos contra F. hepatica, especialmente en los más viejos (36%). En comparación, el 23% de las vacas mostró huevos en sus heces y un 67% de seropositividad, evidenciando una alta prevalencia en el ganado. Estos resultados sugieren que los corzos podrían estar expuestos al parásito sin desarrollar una infección activa, aunque comparten pasturas con el ganado.

Así funciona este parásito

La Fasciola spp., un parásito conocido como el gusano del hígado tiene un ciclo de vida increíblemente curioso. Este gusano plano y alargado, con ventosas para fijarse en los tejidos, comienza su ciclo de vida en el agua y utiliza a los caracoles y otros huéspedes como intermediarios para llegar a sus hospedadores finales.

Todo empieza cuando los huevos del parásito, que se encuentran en el agua, eclosionan y liberan diminutas larvas que nadan en busca de un caracol. Una vez que la larva encuentra uno, entra en su cuerpo y se desarrolla, generando muchas más larvas que, eventualmente, salen del caracol y se adhieren a las plantas acuáticas.


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La fase crítica ocurre cuando animales o personas beben agua contaminada o consumen plantas acuáticas crudas en las que están adheridas estas larvas. Una vez dentro del cuerpo, las larvas viajan hasta el hígado, donde maduran y se transforman en gusanos adultos que pueden vivir durante años produciendo nuevos huevos que serán eliminados en las heces. Así, el ciclo vuelve a empezar. Este ciclo tan complejo permite a Fasciola spp. adaptarse al ambiente acuático y extenderse con facilidad. Para evitar la infección, se recomienda no consumir plantas acuáticas crudas y asegurar que los animales de granja tengan acceso a agua limpia, libre de caracoles.

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