En un operativo conjunto entre agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y el Seprona de la Guardia Civil de Montoro, un hombre ha sido denunciado tras ser sorprendido utilizando un método de captura de aves prohibido. Los hechos ocurrieron en un paraje del término municipal de Adamuz (Córdoba), donde los efectivos interceptaron al individuo cuando empleaba trampas conocidas como «costillas», cuyo uso está vetado por la legislación vigente por su impacto sobre la fauna.

El presunto autor, al ser descubierto in fraganti, reaccionó de forma violenta. Según ha detallado la Guardia Civil, «lejos de colaborar con los agentes, mostró una actitud hostil y agresiva», lo que le ha supuesto una investigación adicional por un delito de atentado contra la autoridad, además del relacionado con la protección de la fauna silvestre.

Trampas ilegales y especies protegidas

Algunas de las aves capturadas por el furtivo. © Guardia Civil

Durante la actuación, los agentes localizaron en el entorno varias trampas del tipo «costillas», un sistema rudimentario pero muy efectivo que atrapa a las aves, causando daños irreparables no solo a las especies objetivo, sino también a otras que quedan atrapadas accidentalmente por lo que no es considerado selectivo. Por ello, este método está expresamente prohibido tanto por la normativa estatal como por la autonómica.

En el lugar, los agentes constataron la presencia de varias aves fringílidas, algunas de las cuales podrían estar bajo régimen de protección especial, según han señalado fuentes oficiales. Este tipo de especies están protegidas por la ley precisamente por el declive de sus poblaciones en estado silvestre.

El Seprona asume la investigación

La patrulla del Seprona de Montoro ha asumido las diligencias por el presunto delito contra la fauna silvestre, mientras que también se ha abierto una línea de investigación paralela por el posible delito de atentado contra agente de la autoridad, dada la actitud agresiva del implicado en el momento de su identificación.

El caso permanece bajo investigación judicial, dirigida por el juzgado correspondiente, mientras se analiza con detalle el impacto del método de captura utilizado y el estado de las aves afectadas. Los agentes recuerdan que el uso de estas trampas supone una amenaza directa a la biodiversidad y a los esfuerzos de conservación de especies en riesgo.

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