En octubre de 2019, tras la formación del último gobierno de Andalucía, se dieron a conocer los puntos del acuerdo de Gobierno firmado entre Partido Popular, Ciudadanos y Vox. Uno de sus puntos, concretamente el número 13, titulado ‘Actividades complementarias sobre actividad cinegética’, exponía que «se procederá al impulso de un programa de actividades» para la «promoción y conocimiento de la actividad cinegética en los colegios».

Esta noticia generó bastante interés mediático, por lo que el presidente de la Federación Andaluza de Caza, José María Mancheño, tuvo que defender esta iniciativa a través de diferentes medios de comunicación. Esto no gustó a los animalistas. Tanto es así que la asociación Abogacía Andaluza por la Defensa Animal (AADA), que reúne a 150 letrados en la comunidad, elaboró manifiesto contra la introducción de la caza en las escuelas andaluzas y presentó una denuncia ante el defensor del menor.

El Defensor del menor avala la enseñanza de la caza

Tras meses de espera, Jesús Maeztu, Defensor del Pueblo Andaluz y también Defensor del Menor, ha hecho pública su contestación rechazando la propuesta animalista. Según ha hecho público Diario de Sevilla en su respuesta Maeztu manifiesta que la caza no está prohibida, que es un deporte y un «aprovechamiento ancestral de los recursos» y que cada colegio podrá definir el «modo concreto» en que introduce esa enseñanza en su currículo.

El pronunciamiento de Jesús Maeztu se basa en que la caza no está prohibida, está regulada para hacerla compatible con otros valores protegibles y, según la legislación andaluza de flora y fauna, tiene «una dimensión social, deportiva, cultural, ecológica y económica» y es «un ejemplo clásico de actividad deportiva que se desarrolla en el medio natural».

Un actividad que representa un «acervo cultural»

La contestación recoge que «ancestralmente constituyen aprovechamientos tradicionales de los recursos naturales que, al cabo del tiempo, se han ido concretando en un acervo cultural».

Según el Defensor,  el «modo concreto» en que esas actividades sean introducidas en los programas educativos de cada centro dependerá de lo que definan sus profesores y añade que en cuanto a la regulación de la caza no ha podido deducir «ni que esté prescrito su tratamiento, ni que resulte tampoco obligada su promoción».

Por último Maeztu ha abogado por una posición intermedia «entre la persecución radical de la caza por parte de unos y la obligatoriedad de su aprendizaje que fomentan otros». «Existen multitud de posiciones intermedias que invitan a una inteligente conciliación de posturas», ha añadido.

La historia de la caza, contada para niños

Precisamente el pasado mes de septiembre Jara y Sedal y Mutuasport estrenaron el vídeo La historia de la caza, contada para niños. Su principal objetivo es explicar a niños en edad escolar el papel que la caza ha tenido en la evolución del hombre desde sus orígenes hasta la actualidad, así como su importancia histórica y cultural a lo largo de los siglos. Cumple, por tanto, con el planteamiento realizado por el Defensor del Menor de Andalucía

Este material audiovisual se presenta como un recurso gratuito a disposición de docentes, padres y cualquiera que desee mostrar la realidad de la caza en la evolución del ser humano a los más pequeños. Para ello, utiliza conceptos didácticos que forman parte de los temarios impartidos a los niños de primaria.

A lo largo del documental, los pequeños espectadores podrán reforzar cuestiones abordadas en clase, como la estructura de la cadena alimentaria, y podrán conocer detalles de las antiguas civilizaciones que posiblemente desconocían. El documental también se apoya en la hipótesis del hombre cazador, una de las más influyentes y aceptadas por la comunidad científica a la hora de explicar la evolución humana. 

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