La ciencia de la caza da un paso histórico en España. Los datos recogidos por los cazadores a través del Observatorio Cinegético desde 2020 se incorporarán por primera vez a los informes oficiales que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) elabora cada seis años sobre el estado de las especies incluidas en las directivas europeas de Aves y Hábitats. Esta decisión supone un hito muy esperado: que la información generada por el sector cinegético tenga valor institucional y se utilice como base en la toma de decisiones sobre biodiversidad.
Un objetivo cumplido
La Fundación Artemisan, responsable de coordinar y enviar los datos, ha remitido a la administración estatal la información recopilada gracias a más de 12.500 censos realizados con la aplicación CensData del Observatorio Cinegético. De este modo, los registros de campo efectuados por miles de cazadores de toda España se unirán a los de otras entidades científicas y administrativas, permitiendo elaborar mapas conjuntos de distribución y evaluar tendencias poblacionales de distintas especies silvestres.
Con ello se alcanza uno de los principales objetivos del Observatorio: que el trabajo de los cazadores, convertido en datos científicos, sea tenido en cuenta por las administraciones públicas. La integración de esta información en los informes sexenales representa un reconocimiento al valor de la ciencia ciudadana aplicada a la gestión de la fauna.
Una base de datos sin precedentes
Los registros incluyen información detallada sobre especies cinegéticas clave como la perdiz roja (Alectoris rufa), la codorniz común (Coturnix coturnix) o la tórtola europea (Streptopelia turtur). También abarcan diferentes especies de zorzales, palomas torcaces, bravía y zurita, córvidos como urraca, corneja o grajilla, así como la becada (Scolopax rusticola), la cabra montés (Capra pyrenaica) y el rebeco (Rupicapra rupicapra).
La amplitud y calidad de la información permiten obtener una radiografía fiable y actualizada del estado de estas poblaciones. Al mismo tiempo, se garantiza la confidencialidad absoluta de los participantes: los datos no pueden asociarse a cotos concretos ni a localizaciones privadas, lo que refuerza la neutralidad del sistema.
El Observatorio Cinegético es una iniciativa digital colaborativa impulsada por la Fundación Artemisan, la Real Federación Española de Caza y Bineo Consulting, con la colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Mutuasport y Hornady. Su objetivo es claro: aprovechar la presencia constante de los cazadores en el campo para generar datos en tiempo real que sirvan a la ciencia y a la gestión.
Los censos se realizan a través de la aplicación móvil CensData, que permite a los usuarios registrar sus observaciones de forma sencilla y estandarizada. Este sistema convierte a miles de aficionados en colaboradores activos de proyectos de conservación y monitorización de la biodiversidad, bajo protocolos científicos validados.
Impacto en decisiones clave
La inclusión de estos datos en los informes del MITECO no es un hecho aislado. La implicación de los cazadores en proyectos científicos ya ha demostrado ser decisiva en decisiones de gran calado. Ejemplos recientes son la paralización de la prohibición de la caza de la codorniz, gracias a la información aportada por el proyecto Coturnix de Mutuasport, o la recuperación de la caza de la tórtola tras la moratoria, con la puesta en marcha del Precinto Digital de Caza.
Estos precedentes evidencian que la colaboración entre cazadores y científicos no solo es posible, sino que resulta esencial para garantizar una gestión equilibrada de la fauna silvestre, donde la conservación y el aprovechamiento sostenible conviven.
Desde Fundación Artemisan se ha agradecido la participación desinteresada de los cazadores y gestores que, con su trabajo de campo, han hecho posible que los datos cinegéticos formen parte de la ciencia oficial. También se reconoce el papel de federaciones, entidades del sector, administraciones, patrocinadores y benefactores en el desarrollo de esta iniciativa.
«La ciencia y la caza deben ir de la mano si queremos garantizar el futuro de esta actividad, que es esencial, necesaria y beneficiosa para el medio ambiente y para la sociedad», han señalado desde la entidad. Este mensaje refleja una aspiración compartida por gran parte del sector: que la caza sea reconocida no solo como actividad recreativa, sino también como herramienta de conocimiento y conservación.
Un futuro abierto
La entrada de los datos cinegéticos en los informes sexenales del MITECO refuerza la posición del sector en el debate sobre biodiversidad y gestión de especies. A partir de ahora, las observaciones de los cazadores tendrán el mismo valor que las de otros organismos científicos, ecologistas o institucionales a la hora de elaborar los informes que España remite a la Comisión Europea.
Este paso, además de histórico, puede marcar un antes y un después en la relación entre la caza y las administraciones públicas. Supone reconocer la capacidad del sector para aportar información rigurosa y útil, y abre la puerta a que futuros proyectos científicos con participación cinegética tengan mayor peso en la elaboración de políticas ambientales.
En un contexto de creciente sensibilidad hacia la conservación de la biodiversidad, contar con datos sólidos y representativos resulta imprescindible. El Observatorio Cinegético demuestra que la implicación de los cazadores no es un obstáculo, sino una oportunidad para mejorar el conocimiento y la gestión de las especies silvestres.
Así, la ciencia ciudadana aplicada desde la caza se consolida como una herramienta de futuro. Y lo hace con un aval institucional de primer nivel: su inclusión en los informes del MITECO que orientan la política medioambiental española y europea.








