La expansión y el crecimiento de las principales especies de caza mayor no solo está detrás de un aumento de conflictos sanitarios y de seguridad vial, sino que también deja una factura directa en el campo. El informe ‘Evolución histórica de las especies de caza mayor en España, distribución, capturas y siniestralidad’, elaborado por Fundación Artemisan, sitúa el impacto económico de los daños agrícolas en 1.799.327 euros durante 2024, en una superficie total afectada de 26.617 hectáreas. Según el documento, los principales responsables son el corzo (Capreolus capreolus), el jabalí (Sus scrofa) y el ciervo (Cervus elaphus), con especial incidencia allí donde el aumento de sus poblaciones coincide con zonas de cultivo.
El informe, presentado este martes durante el LXXV Aniversario de la Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza, celebrado en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, vincula este escenario al fuerte crecimiento de los ungulados desde finales del siglo XX. Entre los factores que explican esta evolución cita cambios de usos del suelo, la disminución de la depredación natural, la gestión cinegética y la elevada capacidad de adaptación de algunas especies, con una expansión hacia nuevas áreas que incrementa el solape con actividades humanas.
Una superficie afectada equivalente a miles de parcelas de cultivo
El documento precisa que los daños agrícolas se concentran especialmente en territorios donde las poblaciones han aumentado y se solapan con áreas de cultivo. Ese impacto no se limita a la pérdida directa de producción: también se manifiesta en el deterioro de infraestructuras vinculadas a la actividad agraria, elevando los costes para las explotaciones y complicando la convivencia entre fauna silvestre y agricultura en determinados paisajes.
Dentro del conjunto, el informe desglosa la contribución de las especies que más presionan al campo. El corzo (Capreolus capreolus) aparece como el principal causante en términos económicos, con daños valorados en 626.432 euros sobre 10.066 hectáreas durante 2024. A continuación figura el ciervo (Cervus elaphus), con 597.726,91 euros en 8.928,98 hectáreas. El jabalí (Sus scrofa), por su parte, genera unos daños agrícolas anuales estimados en 539.829 euros, con una superficie afectada de 7.251 hectáreas.
Corzo, ciervo y jabalí: el tridente que más impacta en el campo
El informe enmarca este impacto en una dinámica general de aumento y expansión de las poblaciones. En el caso del jabalí, además de las cifras de daños, se subraya su gran capacidad de adaptación y su crecimiento también en zonas urbanas y periurbanas, con un incremento de capturas del 210% entre 2005 y 2023. Esa versatilidad, unida al solape con el campo, explica que se consolide como una de las especies con mayor incidencia en conflictos.
El ciervo, con un aumento del 111% en capturas desde 2005, aparece igualmente asociado a daños agrícolas cuantificados en casi 598.000 euros en 2024, una cifra que el informe liga a la expansión y presencia en territorios donde colinda con áreas productivas.
En cuanto al corzo, el documento destaca el fuerte incremento de capturas —552% en 2023 frente a 2005— y lo sitúa como la especie con mayor impacto económico y de superficie afectada en daños agrícolas durante 2024.








