El cazador Luis Masoliver, natural de Gerona y de 35 años de edad, abatió hace unos días un espectacular corzo en su coto de esta provincia catalana al que reclamó y cazó de una peculiar forma. Además, se trataba de un ejemplar al que tuvo la oportunidad de localizar la temporada pasada durante una batida de jabalí en la que dos de sus perros se salieron de la mancha tras un macareno.
«Los animales iban dirección a la carretera y cogí el coche y les adelanté para evitar algún accidente. Los perros pasaron por una zona que apenas se bate en batida debido a que está ubicado en un paraje con una casa rural y escaso bosque. Pero, a la llegada de los canes, salió ese descomunal corzo», explica sobre cómo vio por vez primera al ejemplar.
Una espera en un sitio inusual
Tras comenzar la temporada corcera y pasar los primeros cinco días haciéndole esperas de mañana y tarde y tan solo habiendo avistado dos corzas y un macho joven, Masoliver y su compañero Iván no se daban por vencidos. Meses más tarde, en plena época de celo, los cazadores se juntaron con la idea de localizar al gran macho mediante el reclamo: «Nos pasamos toda la tarde dando tumbos, parando a reclamar aquí y allá sin éxito, así que decidimos dirigimos al bosquecito de la casa rural aquel domingo por la tarde, ya sin huéspedes», explica el cazador.
Aparece el gran corzo
Los dos cazadores bajaron del coche ya a última hora de la tarde y con pocas expectativas para, tras montar el trípode, apoyar en él el rifle y comenzar a reclamar: «Empezamos la serenata y, tras 20 minutos y casi al ya al ir a abandonar la zona, comenzó a ladrar», explica el cazador.
«Nos quedamos inmóviles. Le soltamos otro ladrido, el corzo dio un par de pasos y salió de las sombras. Era él, el tremendo animal. Lo abatimos de un certero disparo en el último minuto y se nos iluminó la cara con una sonrisa enorme», dice aún emocionado el cazador.
Durante el lance, utilizaron un rifle Mauser en calibre 7mm Remington Magnum con munición de 140 grains.