En las últimas semanas se ha hecho realmente famosa la historia de los gallos robados a un clan familiar de la provincia de Valladolid. Durante el pasado mes de enero, en las redes sociales se hicieron virales dos vídeos con los que los propietarios de las aves dirigieron varias advertencias a los ladrones si no se las devolvían.
El primero de ellos mostraba a los miembros de esta familia que avisaba a los autores del robo de que, si los gallos no eran devueltos en 24 horas y en el caso de que descubrieran quiénes son, «se tendrán que ir de Valladolid para toda la vida». «Así funciona la ley gitana del destierro», añadían.
Asimismo, en el segundo vídeo, grabado después de 48 horas sin tener noticias de sus gallos, uno de los protagonistas del grupo aseguró haber recibido una promesa de que serían devueltos, pero sin que esto llegara a producirse. Algo que, por lo tanto, provocó el enfado de la familia. «Me voy a cagar en los muertos de sus muertos. En el padre de su padre, en el abuelo de su abuelo, en el último suspiro que pegó toda su… familia», pronunciaron.
Los gallos aparecieron en Soria
Pasados unos días, una vecina de la provincia de Soria avisó de que había encontrado a los animales en un camino del Barrio de Las Casas. Respecto a ello, la Guardia Civil indicó que tan solo habían aparecido 10 ejemplares de los 30 que la familia había denunciado su sustracción. Finalmente pudieron devolver ocho gallos, puesto que dos de ellos habían perdido la vida.
Después de esto y tras valorar el estado de los animales, la Guardia Civil denunció a la familia propietaria de los gallos por haber cometido, presuntamente, cuatro infracciones de la Ley de Sanidad y por maltrato animal, dado que los 10 animales que encontraron tenían las crestas cortadas. Esto es algo que suele estar relacionado con las peleas de gallos, una actividad prohibida en Castilla y León.
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Hasta 200.000 euros de multa
En el caso de que esto se terminara demostrando, la sanción económica que podría imponerse a este clan podría ser bastante abultada. Tal y como consta en la Ley de Bienestar Animal, concretamente en su artículo 75, esto estaría considerado como una infracción muy grave.
De tal modo, en ese punto de su texto se prohíbe, entre otras actuaciones, «el adiestramiento y uso de animales para peleas y riñas con otros animales o personas».
Asimismo, en su artículo 76, correspondiente a las sanciones principales, podemos leer que, en el caso de este tipo de infracciones muy graves, estas podrían suponer la imposición de una multa de 50.001 a 200.000 euros.