Un equipo multidisciplinar de investigadores procedentes de la Universidad de Barcelona (UB), el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) y la Universitat Autònoma de Barcelona ha llevado a cabo uno de los estudios más completos hasta la fecha para evaluar la eficacia y el coste de diferentes métodos de captura y control de poblaciones de jabalíes urbanos en España. Publicado en la revista científica Wildlife Biology, el trabajo analiza 7.462 intervenciones llevadas a cabo entre 2016 y 2021 en diversos entornos urbanos de Cataluña, donde la interacción entre humanos y fauna silvestre se ha convertido en un serio problema de gestión.
El propósito del estudio, titulado Evaluating hunting and capture methods for urban wild boar population management, ha sido precisamente determinar qué técnicas resultan más eficaces, seguras y sostenibles para gestionar los crecientes conflictos entre los jabalíes (Sus scrofa) y la población urbana. En los últimos años, la expansión del jabalí hacia zonas periurbanas ha generado numerosos incidentes, desde daños en jardines y tráfico hasta ataques directos a personas. Esto ha obligado a las administraciones a buscar soluciones que no solo sean efectivas desde el punto de vista ecológico, sino también viables desde un enfoque técnico y presupuestario.
Un análisis comparativo de cuatro métodos
Para evaluar las alternativas disponibles, los científicos analizaron cinco métodos principales: captura con jaulas trampa, captura con redes de caída, anestesia a distancia (teleanestesia), batidas dirigidas y caza nocturna en espera con rifles. Cada técnica fue valorada a partir de múltiples variables: número de jabalíes capturados por jornada, tiempo necesario, peligrosidad para los operarios, grado de selectividad, aceptación social y, especialmente, el coste económico por ejemplar controlado.
Entre todas las opciones analizadas, la caza en espera nocturna con rifle desde puesto fijo resultó ser la más eficiente y asequible. Con un coste medio de 377 euros por jabalí, fue además el método que implicó menos personal por actuación (una sola persona), con una elevada tasa de éxito (al menos un jabalí capturado en el 35 % de los eventos) y una eficiencia notable en relación jabalí/persona/día. A ello se suma un factor clave: los costes fueron asumidos íntegramente por cazadores autorizados, por lo que no generó gasto público.
En contraste, otros métodos como la anestesia a distancia resultaron mucho más caros, con un coste medio de 904 euros por ejemplar, seguidos por las redes de caída (840 €) y las jaulas trampa (746 €), todos ellos financiados con dinero público. Además, estas técnicas demandaron mayor infraestructura, logística y personal especializado, con menor eficiencia media y una mayor carga organizativa.
Una mención aparte merece la batida o caza en grupo, que si bien fue el método con mayor volumen de jabalíes extraídos (420 en total), tuvo la menor eficiencia por persona implicada y un coste medio de 1.325 euros por jabalí, aunque soportado íntegramente por los cazadores y no por los contribuyente.
En conjunto, aunque el estudio reconoce que cada método puede resultar útil según el contexto urbano y social, sus autores destacan que «la caza desde puestos fijos con rifles fue el método más eficaz en términos de coste y tiempo, y su viabilidad fue mayor que la de otros métodos en escenarios con disponibilidad limitada de personal capacitado o financiación pública.»

Ventajas objetivas de la caza
Más allá de lo económico, los autores destacan que la caza nocturna permite actuar en zonas donde otras técnicas son inviables, por ejemplo, por la orografía o por la desconfianza de los animales ante elementos artificiales como jaulas. Además, subrayan que se trata de un método muy selectivo, especialmente cuando es realizado por personal cualificado y con el equipamiento adecuado. A diferencia de otras técnicas más invasivas o impredecibles, esta modalidad permite a los cazadores autorizados actuar desde posiciones fijas y bien controladas, lo que aumenta la seguridad. Este control espacial y visual facilita también la selección de los animales objetivo, algo especialmente importante en entornos urbanos donde conviven individuos de diferentes edades y sexos.
Asimismo, el estudio revela que las capturas mediante jaula o lazo requieren de un esfuerzo logístico mucho mayor, pues deben revisarse cada pocas horas y pueden inducir un elevado estrés en los animales capturados.
El reto de gestionar el jabalí urbano
Finalmente, los investigadores concluyen que la gestión del jabalí en entornos urbanos exige un enfoque flexible, adaptado a cada contexto y basado en criterios científicos. Aunque la caza —particularmente desde puestos fijos— ha demostrado ser el método más eficaz y rentable, su aplicación puede verse limitada en zonas habitadas por motivos legales o de rechazo social. Por eso, los autores del estudio subrayan la importancia de combinar distintas estrategias —como el trampeo o la anestesia— según las circunstancias.
Pero más allá de la técnica empleada, insisten en un punto clave: es imprescindible explicar bien a la sociedad por qué es necesario controlar estas poblaciones. Solo una comunicación clara, rigurosa y continuada permitirá que las medidas sean aceptadas, comprendidas y sostenidas en el tiempo, y evitará que el debate se desplace hacia posiciones ideológicas que ignoran tanto la evidencia científica como los riesgos reales para la salud pública, la biodiversidad y la seguridad ciudadana.








