«A pesar de que en la literatura científica no existe ni un solo caso documentado de buitres que maten ganado sano, los supuestos ataques de buitres a ganado vivo se han convertido en un imán para fake news», aseguran los científicos.
En el tema de los ataques de los buitres al ganado vivo existen dos posturas enfrentadas. La de los que conviven con ellos y la de los que los estudian. Por un lado, está la visión de los ganaderos, que graban cómo estos animales atacan a su ganado incluso vivo como en múltiples ocasiones hemos publicado en Jara y Sedal; por el otro, la de algunos científicos, que dicen que los buitres no atacan a ganado vivo.
Y, a mitad de camino, nos encontramos con el testimonio de expertos como Óscar Caso, un veterinario que asegura que, «en ocasiones, y pese a mantener su carácter de ave necrófaga, los buitres sí pueden presentar comportamientos puramente depredadores».
Denuncian fake news para criminalizar a los buitres
El pasado 29 de abril el IREC (Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos) publicaba un artículo en el que reproducía una carta al editor publicada recientemente en la revista Nature Sustainability.
En ella, los investigadores Antoni Margalida, (del propio IREC), y José Antonio Donázar, de la Estación Biológica de Doñana (EBD – CSIC), ponen de manifiesto que se trata de «una situación tristemente derivada, en gran parte, de malas interpretaciones y del mal uso generalizado del tema por parte de los medios de comunicación».
«A pesar de que en la literatura científica no existe ni un solo caso documentado de buitres que maten ganado sano, los supuestos ataques de buitres a ganado vivo se han convertido en un imán para fake news, especialmente en España y Francia, que concentran el grueso de la población europea de buitre leonado. La mayor parte de las noticias generadas al respecto no solo suelen ir acompañadas de un titular sensacionalista, sino que además suelen carecer por completo de rigor científico (y lamentablemente, a veces hasta periodístico)», señala el citado texto.
Explican que una búsqueda en Google con los términos ‘ataque buitres ganado’ arrojó un total 59 noticias en medios españoles y franceses solo en 2019. «En la mayoría de estas noticias, los buitres fueron presentados como animales que han cambiado su comportamiento movidos por el hambre, convirtiéndose en depredadores que atacan a animales vivos como ovejas, vacas y caballos –e incluso a perros y humanos– para subsistir», añaden desde el IREC.
La escasez de alimento, detrás de los ataques
El principal argumento esgrimido para justificar los ataques de buitres a ganado vivo «deriva de la supuesta escasez de alimento a la que fueron sometidas las aves carroñeras a raíz de las políticas sanitarias derivadas de la aparición de la encefalopatía espongiforme bovina –conocida popularmente como la enfermedad de las vacas locas– entre los años 2006 y 2011. Los ganaderos se vieron obligados a recoger los cadáveres de sus animales sin poder depositarlos en el campo como siempre habían hecho, de modo que tenían que ser gestionados a través de sistemas oficiales de retirada y destrucción controlada, al tiempo que se cerraron muchos muladares o puntos de alimentación para las aves carroñeras», relatan.
Sin embargo, «la escasez de alimentos resulta ser una explicación poco sólida para justificar los supuestos ataques de los buitres a ganado vivo, ya que la población de buitre leonado siguió –y sigue– aumentando, concretamente un 18% entre los años 2008 y 2018. Además, las denuncias por supuestos ataques no desaparecieron ni siquiera después de que se introdujeran regulaciones sanitarias más permisivas a partir de 2012. Todo apunta a que los efectos secundarios de la desinformación y la percepción negativa por parte de los ganaderos están jugando un papel importante en el conflicto actual, hasta el punto de que las manifestaciones de los ganaderos contra grandes carnívoros como el oso (Ursus arctos) y el lobo (Canis lupus) han empezado a incluir al buitre leonado», afirman.
Son animales moribundos, según el IREC
«No parece importar que más del 70 % de las denuncias que se presentan por supuestos ataques de buitres a ganado vivo son rechazadas por las administraciones competentes por tratarse de casos post mortem (el animal presuntamente atacado ya estaba muerto cuando los buitres empezaron a consumirlo), o que en el 90 % de las denuncias que se investigan, un veterinario forense descarta a los buitres como causantes de la muerte o cualquier tipo de lesiones al ganado presuntamente atacado», aclaran desde la entidad científica.
«En realidad, el número real de casos en los que se detecta la ingesta de un animal aún vivo por parte de los buitres, casos que siempre se asocian a animales no supervisados con un diagnóstico vital muy desfavorable, es extremadamente bajo, y los buitres nunca son identificados como la causa primaria de su muerte», siguen defendiendo.
Para el IREC, la resolución del conflicto pasa por encontrar soluciones adoptadas desde un enfoque tanto ecológico como socioeconómico, «y para ello es fundamental que los científicos, los veterinarios, los ganaderos y las administraciones públicas trabajen juntos para revertir esta creciente percepción negativa de los buitres como depredadores».