Trabajar en el campo bajo el sol abrasador de mayo no es tarea fácil. Lo saben bien los jornaleros que cada día se enfrentan a jornadas agotadoras entre cultivos, y lo descubrió también, a su manera, el protagonista del vídeo que ha vuelto a viralizarse en redes sociales: un joven de origen chino, pero con un marcado acento andaluz, que decidió contar con humor su efímera experiencia como temporero en la recolección de arándanos.
Aunque el vídeo fue grabado hace años, en las últimas semanas ha vuelto a compartirse masivamente en perfiles y páginas del mundo rural. La naturalidad y gracia con la que este joven —conocido como ©el_chinito_jian_li_— relata lo que vivió ha hecho que muchos usuarios lo recuerden con carcajadas, convirtiendo de nuevo este caso en un fenómeno social. Su testimonio, grabado con el móvil y sin guion, ha tocado la tecla del humor popular.
El sol no perdona en el campo
Con el brazo en alto y visiblemente quemado por el sol, el protagonista comienza su relato: «Señores, he estado ausente porque he estado en los arándanos, y mirad cómo me han dejado el brazo. Lo ven y parece que no le pasa nada, pero miren…». Lo que muestra a cámara es una quemadura solar clara, consecuencia directa de haber trabajado varias horas a la intemperie sin protección.
El joven explica cómo su breve paso por el campo lo ha dejado exhausto. «Reventado, ya no voy más», asegura, mientras añade: «Y ya estoy en el chino metido; vivan todos los que trabajan en el campo, porque yo no aguanto esto». La sinceridad de su mensaje, lejos de sonar a queja, ha sido interpretada por muchos como un reconocimiento a la dura labor del campo.
Un fenómeno rural con sabor andaluz
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención del vídeo es el acento andaluz tan marcado del protagonista, que posiblemente lleve muchos años en Andalucía. Frases como «El único chino que estaba en el campo currando, yo. Todo el mundo mirándome, de locos…» han sido repetidas en redes como símbolo de ese choque cultural cargado de humor espontáneo.
En los comentarios de los vídeos compartidos recientemente, muchos agricultores y trabajadores del sector han mostrado su simpatía y comprensión, destacando lo bien que representa el esfuerzo real que supone estar bajo el sol en plena faena. Otros han bromeado sobre lo difícil que es volver al aire acondicionado de la tienda después de probar el campo.
Este tipo de contenidos no solo provocan risas: también visibilizan de forma simpática la realidad de uno de los trabajos más duros y menos reconocidos en muchas ocasiones. Y lo hacen, como en este caso, con acento andaluz y una naturalidad que desarma.