La DANA está siendo una auténtica catástrofe para, sobre todo, la Comunidad Valenciana, donde ya se han notificado 223 fallecidos y millonarias pérdidas materiales de los vecinos, tanto en sus domicilios como en sus negocios. Otras zonas de nuestro país también se han visto gravemente afectadas y en Málaga se encuentran algunas de ellas. Allí nació este cazador que, a pesar de haberlo perdido todo como consecuencia de este fenómeno, protagonizó una buena noticia para consolarse de esta gran tragedia.
Su nombre es Manuel Herrera, amante de la caza y natural del municipio de Almargen, ubicado en la provincia de Málaga. Sin embargo, actualmente está viviendo en Alfafar y, como la mayoría de sus vecinos, ha sido una de las grandes víctimas de la DANA, aunque lo cierto es que él ha podido tener un pequeño rayo de luz para combatir la oscuridad de todo lo que están sufriendo.
Hay una clara responsable de la alegría del cazador en medio de esta catástrofe. Se trata de su perrita de caza, Maya. Es una bretona de cinco años con la que practicaba la caza de aves acústicas en la Albufera de Valencia, así como la modalidad de caza de perdiz al salto.
El pasado martes, 29 de octubre, la perra se encontraba en una casa de campo en Sedaví, donde vive habitualmente. Tal y como ha contado el propio cazador al equipo de Jara y Sedal, va todos los días a visitarla. «Voy tanto por la mañana como por la tarde para alimentarla, cuidarla y dar paseos por el campo», ha asegurado.
Una desesperada búsqueda de su perra desaparecida
Ese día también había ido, como cualquier otro, y la había dejado suelta en la casa de campo que está toda limitada con una valla y rodeada de árboles», ha explicado. Al día siguiente, el 30 de octubre, cuando pudo salir de casa tras la gran cantidad de lluvia que había caído en la zona y las consecuencias que esta había provocado, decidió ir hacia allí para buscarla.
«No la encontré. El agua, el barro y el forraje habían reventado la puerta y pensé que por ahí se la había llevado la corriente», ha confesado Manuel. Tras esto, llamó a la Policía Local de Sedaví y de Valencia «para dar parte por si la encontraban, en las condiciones que fueran».
De nuevo volvió a la casa de campo el jueves, 31 de octubre, y caminó por toda la huerta y campos de alrededor buscándola, silbando y llamándola para que le reconociera y fuera hasta él. Sin embargo, nada de eso funcionó, la perrita seguía perdida.
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Fue ese mismo jueves cuando una chica encontró a Maya en la avenida País Valencia de esa localidad, la llevó a su casa, la limpió porque estaba completamente llena de barro y se la quedó allí. «Puso las fotos en las redes sociales y, como nosotros ya habíamos informado a nuestros amigos y familiares que no encontrábamos a la perrita, en seguida nos llamaron para decirnos si la foto que circulaba por WhatsApp era ella», ha seguido recordando el cazador.
«Al verla no dudamos de si era Maya», ha asegurado. «Llamamos a la chica que la tenía y fuimos mi hija y yo a por ella. La perrita nada más verme se lanzó a mis brazos y no paraba de llorar. Mi emoción era la misma o mayor al ver a mi mejor amiga entre mis brazos conmigo», ha terminado destacando Manuel, que ha vivido uno de esos momentos capaces de restar algo de tristeza a una catástrofe como la provocada por la DANA.